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México D.F. Viernes 15 de octubre de 2004
Luis Javier Garrido
La lanzada
la desesperación de Vicente Fox ante el fracaso de su gobierno lo está llevando a acciones indignas en un jefe de Estado, que preocupan ya hasta en el exterior.
1. La crisis económica y social crece en el país, el desempleo es el más alto de la última década, la deuda interna del gobierno federal aumenta a ritmos récord y el sistema de poder es cada vez más el de un narcoestado, por lo que desde los centros de poder financiero se acaba de descalificar una vez más al gobierno actual, considerándose que no ha creado condiciones para las inversiones (12 de octubre), pero Fox sigue culpando del fracaso de su gestión al Poder Legislativo (por no querer entregar las industrias petrolera y eléctrica a las trasnacionales) y concentra todos sus esfuerzos en combatir de manera ilegal al jefe de Gobierno de la capital, como lo evidenció en la entrevista que concedió a Adela Micha y que transmitió Televisa el 11 de octubre, en la que una vez más hizo el ridículo.
2. Al cuarto año de su gobierno, y no satisfecho con promover una modificación constitucional aberrante, en la que provocó la confrontación entre estados y busca el enfrentamiento entre las fuerzas políticas, Fox se dedica ahora al espionaje político y trata de manipular a los medios con el propósito de tender una cortina de humo sobre la barbaridad que significa su pretensión de modificar el artículo 122 constitucional, y sobre todo en torno al fracaso de su gobierno.
3. La obsesión patológica de Fox porque el 2006 no sea un referendo contundente del pueblo en su contra -como es previsible que va a ser- y pueda imponer a quien le ha de suceder en la silla presidencial, lo ha llevado a toda esta serie de iniciativas descabelladas en contra de Andrés Manuel López Obrador, que lejos de minar la popularidad del gobernante capitalino, lo único que han hecho es fortalecer su imagen y hundir en un creciente descrédito a Fox, quien arrastra en su desprestigio, por complicidad, a diversas instancias de su gobierno, y en virtud del contubernio PRI-PAN, a los otros dos poderes de la Unión, lo mismo a las cámaras federales que a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además de los medios masivos de comunicación, que si bien durante los años del régimen priísta no tuvieron prestigio alguno, jamás habían alcanzado un nivel de descrédito tan grande como hoy en día.
4. La más reciente lanzada de Los Pinos en contra de López Obrador la constituye el escándalo fabricado artificialmente por radio y televisión en torno a unas conversaciones telefónicas anodinas sobre la colocación de una manta en la tribuna de la Cámara de Diputados, divulgadas por el canal 40 (12 de octubre), y que desde Ciro Gómez Leyva, locutor de ese canal, hasta Adela Micha y Carlos Loret de Mola, de Televisa, han distorsionado de su contexto, magnificándolas y pretendiendo que fueron algo muy grave, en una campaña que no sorprende que se esté dando en el contexto del proceso perverso de modificaciones al artículo 122 de la Constitución, plagado de vicios de forma y de fondo, que impulsa el tándem Fox-Salinas para quitarle más de 9 mil millones de pesos a la capital y entregárselos a los estados más ricos gobernados por PAN y PRI, pues la nueva campaña busca distraer la atención de problemas graves, y sobre todo de la ineptitud administrativa y de la conducta ya abiertamente hamponil de Fox, quien hunde cada vez más al país.
5. Los concesionarios de los medios masivos de comunicación, al subordinarse a lo largo de estos nueve meses a las pretensiones irracionales de Fox, encubriéndolo en sus ilícitos y secundándolo en sus ambiciones enfermizas con vistas al 2006, no sólo no han logrado satisfacer las ambiciones del Presidente sino que han actuado contra los intereses de sus consorcios al desacreditarlos como nunca. Han actuado bajo el mismo esquema de sumisión, ahora al presidencialismo panista, consolidando la impunidad de Fox, pero hundiéndose en un mayor descrédito que en el pasado.
6. En México la mayor parte de los medios masivos no informa sino desinforma, en particular cuando sus locutores no describen los hechos sino editorializan sobre éstos, y es por ello que el pueblo no ha creído en ellos ni en esos "comunicadores", que se exhibieron como pocas veces en esta semana. Y es eso lo que no acaban de entender los dueños de las televisoras y de estaciones de radio: el porqué la gente los ve como una cloaca del sistema de poder, o el porqué la credibilidad de sus presentadores de noticias no es mayor que la de Brozo o la de Ferriz de Con.
7. Los medios perdieron una ocasión histórica única en torno a la discusión sobre el 122 para informar al pueblo de la gravedad que entraña el hecho de cambiar la Constitución sin un debate previo sobre el tema y con múltiples violaciones que panistas y priístas hicieron al reglamento y a la ley general del Congreso para sacar fast track un texto aberrante en el que, entre otras cosas, se buscó constitucionalizar el papel del SNTE, de cómo se violentó el proceso al aprobar los diputados un texto que no contaba con un dictamen de la Comisión de Hacienda sobre su impacto presupuestal. O, para satisfacer su inquietud, el porqué la colocación de la manta el día 5 fue un acto legítimo, pues acciones similares se dan en todos los parlamentos del mundo, sin que se criminalice a sus actores ni se graben conversaciones sobre algo que es normal.
8. Los medios, al desgañitarse sobre lo irrisorio, dieron la espalda a lo fundamental, cuando pudieron informar y abrir debates de por qué esas modificaciones constitucionales generan una mayor inequidad entre las entidades federativas, de por qué en vez de fortalecer el federalismo lo debilitan al mantener un control discrecional del Ejecutivo sobre los recursos educativos. O de por qué, sobre todo, se trata de una modificación constitucional de carácter político-partidista y carente de racionalidad administrativa, que sólo busca asestarle un golpe financiero a los habitantes de la capital, con el pretexto de dejar sin recursos al jefe de Gobierno, para buscar desacreditarlo.
9. La nueva lanzada foxista, en todo caso, se revierte contra Fox y su secretario Santiago Creel, señalado hace unas semanas como presunto delincuente electoral y ahora responsabilizado de haber ordenado las grabaciones ilegales a través del Cisen, pero también de las televisoras, que con el pretexto de convertirlas en elemento de prueba de algo que nunca supieron qué era, han incurrido junto con Fox y Creel en graves delitos, mostrando de paso a los mexicanos cuál es el nivel de putrefacción del foxismo.
10. El país está en riesgo de una fascistización ante la pretensión de Fox y de Salinas de manipular desde ahora el proceso electoral de 2006.
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