México D.F. Viernes 15 de octubre de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Las encuestas y las reacciones
Las grabaciones, cortina de humo
La preocupación de Creel
AL FINAL de las conversaciones telefónicas
privadas transmitidas por televisión, Alejandro Encinas dio en el
clavo cuando le dijo a Carlos Reyes Gámiz, coordinador de la fracción
del PRD en la Asamblea Legislativa, en el momento en que los legisladores
locales se hallaban en la tribuna de la Cámara de Diputados: "...Ahora
viene la andanada. Los medios están todos en contra".
Y SI, el dicho confirmó la realidad. Días
antes pareció haber tomado forma con el muestreo estadístico
o las encuestas que dio a conocer la empresa Covarrubias y Asociados durante
un acto privado dentro de la reunión anual de los dueños
de medios de radio y televisión.
QUIENES ESTUVIERON en la reunión, donde
se habló de que la ventaja de Andrés Manuel López
Obrador era mucho más amplia de lo que se ha dicho, saben que la
impresión que causaron las cifras hizo que varios empresarios abandonaran
el lugar en donde se dieron a conocer los datos.
TAMBIEN HAY muchas voces que aseguran que desde
entonces hubo órdenes precisas "para tratar" la información
del Gobierno del Distrito Federal y se formó un frente entre los
más poderosos.
LA GENTE que comenta lo sucedido dice no advertir
en el comportamiento de los medios electrónicos algún cambio
en las políticas informativas, pero Alejandro Encinas ya les tenía
medido el pulso: "Están todos en contra".
Y LUEGO vienen las grabaciones, que tal vez nada
tienen que ver con el asunto de los empresarios de la radio y la televisión,
pero el instrumento principal utilizado para transmitir el hecho ilegal
fue, precisamente, la televisión.
COSA DE darse cuenta. Esas grabaciones llaman la
atención no tanto por su contenido -al fin y al cabo se podrían
inscribir en uno de los métodos de lucha que tantas veces han utilizado
muchos de aquellos que nada tienen que ver con la izquierda-, sino porque
no había opción ante la inmoralidad que entonces pretendían
el PRI y el PAN, que ya tenían bien cocido su propio pastel en la
cocina de las comisiones, como ahora se ha visto.
PERO CUAL podría ser el fin, ¿demostrar
que todo se montó desde el gobierno capitalino? Si así fuera,
malo, muy malo sería suponer que con un acto ilegal se tratara de
reprimir un hecho que por muy reprobable que parezca a muchos, tenía,
ni duda cabe, toda la razón: evitar un despojo a los habitantes
de la ciudad de México.
DESPUES HABRIA que establecer quién es el
culpable de romper con lo legal, es decir, quién es el que está
por encima de la ley, quién goza de la impunidad que tanto repudia
el gobierno federal.
YA SE han dado pistas. Para Martí Batres
el asunto proviene de la Secretaría de Gobernación y de Creel,
el secretario totalmente Palacio, aunque éste se canse de
negarlo y la gente de hacérselo creer.
LUEGO -ESTO es importante-, hay dedos que señalan
al PRI, específicamente a Manlio Fabio Beltrones, como la oreja
mayor de este asunto y de otros en los que el espionaje es método
para causar desprestigio. Pero no únicamente, en la PGR existe el
Centro Nacional de Planificación de la Fiscalización de Drogas,
mejor conocido como CENDRO, el cual, se asegura, tiene todos los medios
técnicos y humanos, para poder realizar actividades de ese tipo.
LO QUE sí es claro es que esas grabaciones
provienen de la fiscalización sistemática de algunos, o muchos,
sobre miembros del gobierno de la ciudad. Sólo así se podría
explicar que en diferentes momentos, diferentes personas, que seguramente
reciben un muy alto número de llamadas, fueran grabadas y escogidas
sus conversaciones.
ES DECIR, esto no fue una cuestión fortuita,
a la gente del gobierno de la capital se le vigila, se le graba. ¿Qué
particular podría hacer tal cosa? ¿Qué institución
u organismo se atreve a eso? Este gravísimo problema, que afecta
igual a funcionarios y ciudadanos, es lo que debería tener muy preocupado
al secretario totalmente Palacio y no estar lanzando calificativos
iguales, parecidos o peores a los que usan los perredistas.
|