No basta con recursos, hay que promover políticas de participación: Ian Cherrett

Apremia la FAO a respaldar los planes alimentarios de los pobres

MATILDE PEREZ U.

En el foro nacional sobre seguridad alimentaria, especialistas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), agrupaciones de Brasil y autoridades de las secretarías de Agricultura y de Desarrollo Social de México destacaron que la participación de los pobres en el combate a la inseguridad alimentaria y a la pobreza es indispensable, y toca a los gobiernos responder con una política adecuada.

Hay que promover las políticas de participación, dijo Ian Cherrett, funcionario principal de Desarrollo Rural de la representación en Latinoamérica de la FAO; ''hay que reorganizar el capital comunal, porque no es sólo cuestión de llegar con grandes recursos, sino apoyar a los pobres en sus proyectos'', dijo.

Al abordar el tema La importancia de la seguridad alimentaria en el desarrollo nacional, Cherrett comentó que en sus recorridos por el campo mexicano ha percibido la profunda crisis que afrontan sus habitantes, porque no sólo están perdiendo los conocimientos de sus padres, sino también el vacío que dejan la migración y la presencia de costumbres que no les corresponden.

Los jóvenes, abundó, hablan de sus angustias sobre su futuro, pues en sus comunidades no tienen posibilidades de desarrollo, y por eso emigran a otros sitios que para ellos son hostiles. Sin embargo, ''no he visto ningún programa para ayudarlos y esa situación sigue vinculada a la degradación de los recursos naturales, a los limitados derechos y control sobre sus recursos naturales''.

A su vez, el coordinador nacional del programa Desarrollo Humano Oportunidades, Rogelio Alberto Gómez Hermosillo, destacó que entre los problemas está la falta de uso adecuado de los recursos existentes y la falta de proyectos productivos con una visión integral: ''hay que dejar de creer que con sólo incluir el paquete tecnológico se generará desarrollo''.

Luego de presentar en un apretado resumen los alcances del programa Oportunidades, Gómez Hermosillo mencionó que el próximo año 1.2 millones de niños recibirán apoyo alimentario; los recursos son parte de la propuesta de presupuesto de 28 mil millones de pesos previstos como transferencias, apuntó. Afirmó que la entrega de dinero, sin intermediarios, a 5 millones de familias ha repercutido en mejor capacidad de consumo y ha servido como incentivo para que las familias mantengan salud preventiva y sus hijos asistan regularmente a las escuelas.

Julia Silvia Guivant, coordinadora del núcleo interdisciplinario en sustentabilidad y redes agroalimentarias, destacó que no hay estrategias únicas ni técnicas ideales que puedan ser aplicadas a todas las situaciones y, a diferencia de las políticas que se impulsaron en décadas anteriores con un enfoque productivista para combatir el hambre, ahora hay que incluir los alimentos, las dietas y la salud, y discutir cuestiones de género.

El programa Hambre Cero, de Brasil, consideró, es ambicioso, y en la teoría procura la integración y la sustentabilidad, pero en la práctica tiene varias fallas, entre ellas el proceso de selección de las familias beneficiadas; la fragilidad de la participación social y la inaplicación de las políticas propuestas.

Antes, durante la inauguración del foro, el subsecretario de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Antonio Ruiz García, hizo un llamado a fortalecer el concepto de seguridad alimentaria en el contexto del desarrollo rural y el combate a la pobreza extrema en el país, y el cual no se limita a entregar alimentos a la población sino a impulsar la producción de éstos.

Informó que el Programa Especial para Seguridad Alimentaria (Pesa) -que hace dos años empezó a aplicarse en el país- se extenderá a todos los municipios y estados que lo soliciten. Dicho programa se inició en 48 municipios de Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Yucatán, Aguascalientes y Puebla, con una inversión de 32 millones de pesos, para beneficio de 2 mil 355 familias con 124 proyectos comunitarios.

Recordó que en México 38 por ciento de los hogares son pobres, 24 por ciento está por debajo de la línea de indigencia y se estima que 5.1 millones de personas padecen desnutrición e inseguridad alimentaria, es decir, la carencia de derechos de acceso a una cantidad suficiente de alimentos inocuos y nutritivos requeridos para un desarrollo normal.