México D.F. Sábado 23 de octubre de 2004
Elecciones en Estados unidos
Los comicios costarán a estadunidenses 3 mil
900 mdd, 30% más que en 2000
La elección nacional, la más cara en
la historia de Estados Unidos
George W. Bush y John Kerry han gastado en sólo
dos semanas más de 120 millones de dólares
El país tendrá este año el mejor
candidato que el dinero puede comprar, estiman varios analistas
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 22 de octubre. El presidente
George W. Bush y su contrincante demócrata, John Ke-rry, han gastado
más de 120 millones de dólares sólo durante estas
últimas dos semanas, en lo que, estiman expertos, acabará
como la elección presidencial más cara de la historia de
Estados Unidos.
A
pesar de que el Congreso promulgó una legislación para limitar
la influencia del dinero en la política estadunidense, el gasto
combinado de las campañas presidencial y legislativa (se elige a
los 435 representantes y a un tercio del Senado, además de presidente)
ascenderá a por lo menos 3 mil 900 millones de dólares, cifra
30 por ciento más alta que el récord establecido en la última
elección presidencial y legislativa de 2000.
"Las elecciones presidenciales y legislativas de 2004
romperán los récord previos para el gasto", afirmó
Larry Noble, director ejecutivo del Center for Responsive Politics, organización
independiente que se dedica a investigar el financiamiento electoral de
las campañas proselitistas.
El organismo señaló que los partidos Republicano
y Demócrata efectivamente han logrado evadir la intención
de la nueva ley diseñada para limitar la influencia del dinero en
el proceso político, al desarrollar nuevos canales de recaudación
y flujo de fondos pa-ra apoyar a los candidatos.
La legislación de 1992, patrocinada por el senador
republicano John McCain y su contraparte de-mócrata Russ Feingold,
prohíbe a empresas y sindicatos otorgar fondos directamente a los
partidos políticos estadunidenses.
Pero
las empresas y sindicatos, juntos con otros, han desarrollado nuevas organizaciones
que, técnicamente, no están afiliadas a los partidos, las
cuales pueden aceptar donaciones que después son empleadas para
promover ciertas iniciativas, como por ejemplo "las mentiras" de Kerry
sobre su servicio militar en Vietnam o el "em-pantanamiento" en Irak creado
por las políticas del presidente de Estados Unidos.
Además, la iniciativa privada en particular ha
perfeccionado mecanismos para lograr que los 50 principales ejecutivos
de cada empresa mayor decidan donar 2 mil dólares cada uno como
contribución "individual" a los candidatos y partidos políticos.
Los cheques son individualmente aceptados, pero después
son frecuentemente presentados en bloque a un candidato en una ceremonia
en la que se anuncia la contribución combinada de 100 mil dólares,
la cual proviene, ob-viamente, de una sola empresa.
Los intereses empresariales si-guen siendo la fuente de
por lo menos la mitad de los fondos que se gastan en las campañas
electorales, y muchos líderes empresariales -en una competencia
tan cerrada como la actual entre Bush y Kerry- deciden dar dinero a ambos
candidatos para asegurar su influencia gane quien gane.
Bajo las leyes de financiamiento de campañas electorales,
Bush y Kerry dependen ahora de los 75 millones de dólares para cada
uno en fondos federales, que reciben para apoyar sus campañas en
la elección general.
A cambio, no están autorizados a recaudar y gastar
fondos privados después de aceptar la nominación de sus partidos.
Pero la realidad es que los grupos ambiguamente afiliados
a sus campañas proselitistas se burlan de estas limitaciones y,
esencialmente, funcionan como entidades privadas de cada partido y no tienen
límites de cuánto pueden re-caudar o gastar.
Partidos
políticos, cámaras de comercio, sindicatos, asociaciones
de abogados y otras organizaciones están gastando millones de dólares
para promover o atacar a los candidatos, fondos supuestamente ajenos a
las campañas de cada aspirante.
El gasto de otros grupos independientes en publicidad
sobre te-mas específicos también se ha elevado estrepitosamente
este año.
Los Veteranos de Lanchas Rá-pidas y Prisioneros
de Guerra por la Verdad gastaron más de 6 mi-llones de dólares
durante la primera quincena de octubre para continuar con sus ataques a
Kerry.
Grupos contrarios al presidente Bush, como MoveOn.org
y Americans Coming Together, que se dedican a la movilización del
vo-to, han gastado algo parecido en ese mismo periodo.
Termine como sea esta elección, no hay duda que
el pueblo estadunidense obtendrá este año el mejor candidato
que el dinero pue-de comprar, según analistas.
Elecciones en Estados unidos
Una participación alta favorecería
a Kerry, mientras una baja beneficiaría a Bush
Demócratas buscan elevar la cifra de votantes;
los republicanos, mermarla
La Casa Blanca reduce 136 mil millones de dólares
los impuestos para empresarios
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 22 de octubre. Los 10
días previos a la elección presidencial aquí se están
volviendo una competencia entre los esfuerzos de los demócratas
para elevar la participación electoral y las iniciativas de los
republicanos para reducirla.
En Wisconsin, el Partido Republicano realiza verificaciones
por computadora de los historiales personales de 100 mil nuevos votantes,
con el objetivo de detectar cualquier error que pudiera descalificar su
registro electoral.
Los
republicanos señalan que los demócratas, en sus esfuerzos
para incrementar la tasa de participación electoral, han estado
empadronando a personas que no cumplen con los requisitos para votar o
registrando a un ciudadano más de una ocasión.
"No se necesita mucha gente que no esté legalmente
empadronada para inclinar los resultados de una elección", afirmó
Rick Garber, presidente estatal del Partido Republicano, en entrevista
con el Wall Street Journal.
Pero al investigar lo anterior, el rotativo descubrió
que los observadores electorales republicanos "pusieron en duda la residencia
de algunos votantes negros y en comunidades hispanas cuestionaron las nacionalidades".
En Ohio, el partido del presidente George W. Bush está
pagando anuncios en periódicos en los que insta a la ciudadanía
a vigilar contra el "fraude electoral". La procuradoría general
de Ohio investiga versiones de que algunos esfuerzos de empadronamiento
por grupos simpatizantes de John Kerry han registrado a la misma gente
hasta cuatro veces o más.
Los republicanos también han acusado a los demócratas
de fraude electoral en Florida, donde el secretario de Estado reportó
hoy que 1.4 millones más votantes se empadronaron para esta elección
que los que estaban registrados en los comicios de 2000.
Los republicanos insisten en que también están
empadronando a nuevos votantes, pero asesores de ambos partidos reconocen
que una participación alta favorece más a Kerry y que una
baja ayuda a Bush.
Aun un pequeño cambio en las elecciones podría
ser decisivo. El problema para ambos partidos es que aunque hay variaciones
diarias en las encuestas, en conjunto su promedio registra un empate entre
Kerry y Bush.
El Washington Post encontró que Bush le
gana con 50 por ciento de las preferencias a Kerry 50, que tiene 46 puntos,
pero según una encuesta de Ap el demócrata tiene 49 y el
republicano con 46 por ciento. Otro sondeo de Zogby registra 47 por ciento
para el presidente y 45 por ciento para su contrincante.
Un promedio de 11 encuestas de esta semana calculado por
CNN concluyó con 48 por ciento para Bush y 46 para Kerry. O sea,
ya que casi todas están dentro del margen de error, la conclusión
es: empate.
En tanto, en un evento en la Casa Blanca en el cual no
se permitió grabar a las cámaras de televisión, Bush
promulgó hoy en ley otros 136 mil millones de dólares en
reducciones de impuestos para empresarios y granjeros.
La Casa Blanca informó a los reporteros sobre la
ceremonia sólo después de la firma de una ley que ofrece
reducciones tributarias a dueños de autódromos, importadores
de ventiladores, dueños de fábricas, firmas energéticas
y otros con buenos cabilderos en Washington.
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