México D.F. Sábado 23 de octubre de 2004
La caída del presidente aún no
ha sido vista en el país
Acentuada esta semana, la presencia política
del líder cubano en la isla
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 22 de octubre. En la condición
físicamente más precaria que se le conozca en público,
Fidel Castro ha permanecido en los últimos dos días con una
acentuada presencia política entre los cubanos.
El empeño por mostrarse activo y con el control
de la situación parece presente en las decisiones del mandatario
cubano, desde minutos después de tropezar en la Plaza de la Revolución
Ernesto Che Guevara de Santa Clara, el miércoles, y causarle
la fractura de la rodilla izquierda y la fisura del húmero derecho.
Los cubanos no han visto en los medios locales la caída
ni fotos del incidente, pero todos pudieron ver a Castro en uniforme militar
explicando su situación. El líder, de 78 años, había
presidido desde hacía una hora y media la ceremonia de graduación
de más de 3 mil bachilleres de arte.
Pasaban
las 24 horas cuando apareció en las pantallas sentado, ligeramente
inclinado hacia su derecha al parecer con las piernas extendidas, con un
micrófono en la mano izquierda, el rostro grave y los ojos muy abiertos.
Era un semblante de seriedad y pesar al mismo tiempo, pero sin señales
del tormento que vive un fracturado.
Quizás tuvo que hacer un esfuerzo so-brehumano
para narrar su situación. "Para que nadie especule por ahí",
dijo, entrando directo al tema. "Tengo alguna fractura en la rodilla...
y, tal vez, una en el brazo".
"Tal vez", repitió, acentuando lentamente la voz
condicional, signo de que buscaba la precisión: "No es muy seguro
todavía".
Su voz retumbó en los altavoces de la plaza y en
la cadena nacional de radio y televisión. El guerrillero Guevara,
fijo en bronce, observaba todo desde las alturas.
"Pero estoy entero", agregó el mandatario, quien
fue arropado en ese momento por un gran aplauso y exclamaciones.
En ese trance, Castro todavía se tomó tiempo
para bromear (ya se veía "en las primeras páginas"), reafirmar
su resistencia física ("puedo hablar aunque me enyesen") e insistir
en que está al mando.
Desde Santa Clara a La Habana -276 ki-lómetros
de punta a punta- la ambulancia tuvo que haber volado sobre la autopista
nacional, una recta infinita.
En su narración posterior, Castro contó
que en ese trayecto llamó a los jóvenes graduados que estaban
terminando la ceremonia en la plaza y su voz fue amplificada, pegando un
celular al micrófono del sonido local. Les pidió que siguieran
la fiesta.
Castro llegó al Palacio de la Revolución
de La Habana y de inmediato entró a examen. Fueron horas de vacío
informativo. El noticiero de la televisión de la medianoche habló
de la ceremonia en Santa Clara, pero no mencionó el accidente.
La vigila informativa se rompió a las 3:14 de esa
madrugada, cuando quizás el líder cubano estaba en el quirófano.
Un breve parte, ordenado por él mismo, confirmó la fractura
y la fisura, exhortó a la po-blación a mantener la tranquilidad
y anunció que Castro seguía "atendiendo las cuestiones fundamentales".
Un segundo texto reprodujo las palabras del líder tras el accidente
y relató los hechos.
Contra su costumbre, los matutinos na-cionales Juventud
Rebelde y Granma no tu-vieron segunda edición el jueves.
Salieron con edición única, con cierre a las 5 de la mañana
el primero y a las 6 de la mañana el segundo. Ambos llevaron el
parte médico y la reseña en sus portadas.
Al amanecer, los noticiarios radiales y el de la televisión
repitieron los comunicados. Todos esperaron los textos oficiales. Los diarios
publicaron fotos de la ceremonia y el discurso completo de Castro, todo
lo cual fue reseñado por los medios electrónicos. La imagen
del mandatario se multiplicaba.
Por la noche, un locutor del noticiario de televisión
leyó la "Carta del compañero Fi-del a sus compatriotas",
en la que el mandatario explicó su suerte y avisó: "No dejaré
de comunicarme con ustedes".
Desde su obligada reclusión, el presidente Castro
rectificaba en esa forma el parte de la madrugada, redactado en su nombre
y que había anticipado: "Se informará sobre este tema, por
razones obvias, lo estrictamente indispensable".
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