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México D.F. Sábado 23 de octubre de 2004
Presentará su novena producción
discográfica Grown backwards, sin disquera en México
David Byrne, el nuevo renacentista de los años
80, hoy en el Salón 21
El ex vocalista de Talking Heads presenta un trabajo
sencillo en apariencia, pero de gran fuerza emocional Hace un reconocimiento
a Nueva York e inclusive incursiona en la ópera
PATRICIA PEÑALOZA
Lejos de los reflectores excesivos, pero siempre cerca
de la experimentación, la inquietud y la comezón gozosa por
intercalar ritmos y texturas aparentemente opuestos; por dejarse manosear
por los colores inusuales de otras culturas, o de la suya propia, llega
de nuevo a México David Byrne, llamado "nuevo renacentista" a fines
de los años 80, o la plantita trasplantada de su tocayo Bowie en
América, quien se presentará hoy a las 20 horas en el Salón
21.
Con
un noveno disco, Grown backwards (algo así como "crecido
en reversa"), Byrne parece consolidarse con la que acaso sea una de sus
mejores obras recientes, luego de varios discos cumplidores (que nunca
mediocres, pues en él tal condición es inexistente), y dos
que tres sencillos afortunados.
Mejor conocido como fundador y cabeza central de los Talking
Heads, banda seminal del post-punk y el proto-new-wave, Byrne
ha hecho una carrera fructífera como músico de mirada amplia:
escribió el guión, actuó y dirigió el filme
de crítica social True stories (1986); hizo la música
para la pieza teatral The Catherine Wheel (1985) y para varios filmes
como In spite of wishing and wanting (1999), de Wim Wenders y Young
Adam (2003), soundtrack con el título Lead us not
into tempation (2003); colaboró con el músico Robert
Wilson en la composición de la obra orquestal The forest (1991).
Asimismo, ganó el Oscar por la música para El último
emperador de Bernardo Bertolucci (1988). Fascinado por la llamada "world
music", fundó el sello de música global y fusión,
Luaka Bop (1988).
Su despegue como solista tuvo gran eco con el disco Rei
Momo (1989), joya que fusiona la salsa y los diferentes ritmos caribeños
y latinoamericanos, con su idiosincrasia sajona. Los álbumes Uh,
Oh (1992) y el homónimo David Byrne (1994) tuvieron menos
eco, pero su reputación no decayó. Su acercamiento con las
nuevas generaciones vino con Feelings (1997) y Look into the
eyeball (2001), donde nuevos sonidos y leves exploraciones electrónicas
lo pusieron de nuevo en el escenario de lo "in".
Mas en Grown backwards, Byrne retoma lo absorbido
en estos 15 años, y se toma a sí mismo como el centro de
su ironía para, excéntrico como es, ofrecer un álbum
en apariencia sencillo, delicado, pero de gran fuerza emocional, igual
crítico que existencial, pues el centro de su discurso es hacer
ver lo tragicómico del mundano comportamiento humano confrontado
con sus miedos, en particular con su mortalidad.
Mientras se escucha, el disco crece orgánicamente,
primero con ilusión naïve de adolescente; luego con
juveniles arengas anti-imperialistas (Empire). Llegará a
su etapa adulta con The other side of life, tipo canción
triunfante de Broadway. En ésta, exteriorizará su sarcasmo:
"Ya no tengo problemas... Unos ángeles aparecen a mi lado: corporativas
patrocinadoras, que serán mi guía"; en Glad dirá:
"Me complace estar perdido, estar confundido, que el sexo ya no sea tan
bueno... me complace saber cómo terminará mi vida".
Como no había ocurrido en él, Byrne hace
un reconocimiento a la ciudad que adoptó a este nacido en Escocia:
Nueva York. Su espíritu metropolitano se deja sentir entre cuartetos
de cuerda, funky-beats, cierto hip-hop, o la melodía
de café francés en Civilization; turistea rumbo
a las brisas marinas con Astronaut. Pero lo que más sorprende
es su incursión al canto operístico, a sabiendas de sus limitaciones
vocales, en The former, pieza de Georges Bizet, aquí cantada
al lado de Rufus Wainwright, con arreglos del mismo Byrne. Dando un salto,
incluye el tema Lazy, reciente sencillo para las pistas dance,
aquí con arreglo de cuerdas (del Tosca Ensemble), guitarras eléctricas
y teclados. En total, es un disco avezado, muy bien producido, que confronta
a toda esa sarta de híbridos malogrados que pululan por ahí.
Escuche usted al maestro David Byrne, hoy en el Salón
21 (Moliere y Andrómaco, Polanco) a partir de las 20 horas.
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