México D.F. Domingo 24 de octubre de 2004
Ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes
Menos desarrollo si se recorta el apoyo al trabajo científico
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Dos de los ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes, Juliana González y Armando Gómez Poyou, se unieron a la exigencia para que se incremente el presupuesto destinado a la educación superior y al desarrollo científico y tecnológico del país.
La filósofa Juliana González Valenzuela, galardonada en el campo de Ciencias Sociales, afirmó en entrevista que es doloroso que las ciencias y las humanidades no tengan suficiente apoyo presupuestal. "El desarrollo económico no existe sin el desarrollo científico, humanístico y tecnológico".
El doctor Gómez Poyou, reconocido en el área de físico-matemáticas y ciencias naturales, consideró que la formación de investigadores y tecnólogos debería ser una prioridad en el país, pero lamentablemente no hay mucha preocupación por desarrollar estos campos en el país.
La ex directora de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quien lleva medio siglo dedicada a esta disciplina dijo estar muy feliz con este reconocimiento.
"Es muy significativo como mexicana, como universitaria, como miembro de la UNAM y sobre todo de mi facultad ".
Cuando se le preguntó sobre la propuesta de disminuir el presupuesto de ciencia y tecnología para 2005, señaló que es muy grave, "amenazante", porque eso impide la formación de las generaciones jóvenes.
Pidió a los legisladores que decidirán sobre el futuro del presupuesto considerar que "un país sin ciencia, sin humanidades y sin ciencias sociales se queda detenido, varado, sin desarrollo".
La autora de El malestar en la moral señaló que este premio es un reconocimiento a la filosofía mexicana que, como todas las disciplinas, ha tenido altibajos: épocas de enorme luz, como cuando llegaron a México los maestros del exilio español, y momentos como el actual en que hay una nueva generación de jóvenes promesas.
Las principales líneas de investigación de González son la filosofía griega, desde los presocráticos hasta el helenismo; el Renacimiento y la modernidad, en especial la ética de Spinoza, y las filosofías contemporáneas de la vida y de la existencia. Sus contribuciones más significativas se refieren al cultivo de un pensamiento original para la superación de la crisis contemporánea, por la vía de una síntesis e integración del mundo ético y humanístico en general.
Gómez Poyou, destacado por su labor pionera en el área de la bioenergética y la estructura y función de proteínas, expresó su deseo de que hubiera un apoyo fuerte hacia la ciencia y tecnología y a todas las ramas de la cultura, porque eso permite que el país se desarrolle exitosamente.
Señaló que lo anterior depende de que haya más recursos económicos pero también de que los ciudadanos comprendan la importancia de la ciencia.
Este científico de 70 años estudió la carrera de médico cirujano y obtuvo su doctorado en bioquímica en la UNAM. Inició su labor docente en 1956 y desde entonces ha impartido cátedra en el Instituto de Biología y el Centro de Investigaciones en Fisiología Celular de la UNAM, así como en el Departamento de Bioquímica del Cinvestav.
Desde hace 30 años él y su esposa, la doctora Marietta Tuena, se han dedicado a investigar la cadena respiratoria y la fosforilación oxidativa. Se le considera como el padre de la bioenergética mexicana, que contribuye a conocer cómo se maneja la energía en el interior de las células y del organismo.
Los otros galardonados en el campo de ciencias físico-matemáticas y naturales son el doctor Alejandro Frank Hoeflich por sus trabajos en física nuclear y molecular; en tecnología y diseño, el ingeniero Héctor Gómez Galvarriato, quien se ha dedicado al diseño y construcción de equipos para la industria química, así como los doctores Martín Hernández Luna, llamado el fundador de la escuela de catálisis en la UNAM, y Arturo Menchaca, quien ha desarrollado un detector de rayos cósmicos, el más grande de su tipo construido en México.
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