México D.F. Domingo 24 de octubre de 2004
Este año, 13 mil 425 casos de los diversos tipos: Ssa
Hepatitis A, mal endémico asociado con la miseria
ANGELES CRUZ MARTINEZ
La hepatitis A es una enfermedad altamente contagiosa y en México un problema endémico que se debe, principalmente, a la falta de higiene. Aunque afecta de manera prioritaria a las personas de bajos recursos económicos, el resto de la población también está en riesgo por consumir agua y alimentos contaminados.
Encuestas de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud (Ssa) indican que 39.7 por ciento de la población menor de seis años la ha padecido y que antes de los 15 años, casi 90 por ciento de los mexicanos ha cursado con el mal.
A pesar de su alta incidencia, la información estadística está excluida del boletín epidemiológico semanal de la Ssa; sólo la consigna como parte de las hepatitis virales, donde se supone se incluyen los tipos existentes, que se definen por letras (A, B y C).
De acuerdo con los datos del boletín de la semana del 3 al 9 de octubre de 2004, en lo que va del año se han reportado 13 mil 425 enfermos de hepatitis virales, de los cuales sólo se desglosa a los 597 que son afectados por el tipo B.
Se estima que el padecimiento afecta cada año a 1.4 millones de personas en el mundo y, aunque existen regiones donde es más común, también es posible contraer la hepatitis A en países donde la enfermedad no es endémica.
El virus de la hepatitis A (VHA) suele encontrarse en el excremento de las personas infectadas, de tal suerte que se propaga por contacto directo entre personas o por agua o alimentos contaminados, explica un informe de laboratorios Merck Sharp and Dhome (MSD).
Respecto a la afectación de la población infantil, un reporte del Programa de Actualización Continua de la Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica señala que en un estudio en bebés menores de cinco meses se halló la presencia de anticuerpos trasplacentarios para VHA en ciento por ciento de los sueros maternos y del cordón umbilical. La seropositividad descendía conforme aumentaba la edad. Así, al quinto mes de nacido ninguno de los niños estudiados permaneció como positivo.
De ahí que una persona adulta pueda desarrollar la enfermedad por no lavarse las manos después de ir al baño, cambiar el pañal de un bebé, así como al tener contacto con una persona infectada.
Si el virus alcanza los alimentos, puede diseminarse rápidamente. También puede transmitirse al beber agua no potable, al ingerir alimentos preparados con agua contaminada, o que no hayan sido cocinados.
La enfermedad, en general, es benigna y cursa sin complicaciones, salvo en raras excepciones llega a ser mortal. Algunas personas que se infectan con hepatitis A pueden tener síntomas similares a los de una gripe: fiebre, escalofríos y una sensación de debilidad general. Otros síntomas comunes son la falta de apetito, náusea, color amarillento en la piel y los ojos, orina obscura y heces claras, fatiga y dolor abdominal.
Según MSD, uno de los fabricantes de la vacuna antihepatitis A -la cual se aplica en el sector salud sólo a los niños que van a ingresar a guardería- muchos de los niños enfermos no presentan síntomas del padecimiento, pero los adultos pueden resentir el mal durante un mes y su recuperación completa puede llevar hasta seis meses.
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