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México D.F. Domingo 24 de octubre de 2004
Vilma Fuentes
La actual pintura mexicana
No conozco ningún pintor que no sepa cocinar. O al menos comer. Confieso: creo que la pintura es un guiso que se cuelga de un muro en vez de servirse a la mesa. Tan importantes son los ingredientes como la presentación. Acaso por ello, muchos grandes artistas son grandes chefs. Hay algo hondamente sensual en ellos. No es posible concebir de otra manera la metamorfosis que hacen de la luz, los reflejos luminosos con que sus manos la atrapan sobre una tela en un momento de su viaje infinito, suspendido de pronto para revelar a los ojos lo invisible. Porque si se desgajan aromas y sabores de la obra, la pintura es ante todo cosa mentale según la expresión de Leonardo. Más que un mago, el artista es un artífice de milagros. Da la vista a los ciegos como la poesía da el oído a los sordos.
Una muestra de los pintores mexicanos que viven en París tiene lugar este mes. Aunque se trata de las nuevas generaciones, se abre con obra de Posada. Risa y sarcasmo, reflexión sobre una muerte sin fin, el espíritu mexicano reencarna en calacas y calaveras bailando rumba, danzón y mambo. Obras de los entonces "jóvenes" (1960), como Gironella, Cuevas, Coronel, Rojo o Toledo rencuentran los jóvenes de hoy.
Ruptura de la tradición, tradición de la ruptura, señaló Octavio Paz, la mexicanidad es un retorno constante a la rebelión. Prueba de ello: la obra de Guillermo Arizta, quien, a pesar de haber salido de México a los catorce años de edad, pasea --tras los hilos luminosos de telarañas que cruzan sus últimas pinturas como un velo y donde todo se oculta antes de reaparecer-- lo más recóndito de nuestras calles, enanos, gigantes y olvidados por los bulevares de París, Madrid o Berlín. Juan Luis Buñuel, mexicano nacido en Francia, quien lleva en el bolsillo una moneda de cobre de 20 centavos, Ƒáguila o sol?, para apostar contra los merengueros de su memoria, prestó algunas de sus esculturas para esta exposición-rompecabezas. Ana Paula Portilla, Francisco Limón, Sergio Hernández... Mirar esta muestra de nuestra pintura es un regalo, oloroso, pleno de sabores. Abre el apetito y abre también la perspectiva de los nuevos caminos de la pintura mexicana.
Las imágenes, Ƒqué si no es la pintura?, nos revelan colores y luces, pero también transformaciones graves, revueltas, agravios y desagravios. Regiones que nacen aquí y allá, sobre el silencio de Comala, en las gigantescas y laberínticas ciudades de un país que no cesa de crecer y anunciarse. Mosaico de culturas prehispánicas, coloniales, "modernas" y, de manera paradójica, cargadas por nuestras más ancestrales tradiciones.
Las imágenes tan íntimas del cuerpo exploradas por Ana Paula Portillas son tan turbadoras como originales. Liber de Pablo teje paisajes y textura. Francisco Limón abre perspectivas que se pierden en los abismos del horizonte. Todos ellos jóvenes, reunidos por el azar en París, ecos del taller de gráfica de Posada, encorvados frente a las piedras del taller de Bransem donde incrustan los dibujos de las litografías que serán coloreadas por los artesanos al pasar una y otra vez bajo las ruedas de las imprentas aún humanas.
Cabe señalar que, casi sin ninguna ayuda de los servicios culturales pertinentes, los cuales requirieron esta muestra debido a la visita a Francia del Secretario de Relaciones Exteriores, se trata de una exposición preparada por los propios pintores, donde las diferencias entre ellos dan al espectador la visión de tierras y cielos vecinos que se acercan y se alejan según las horas del día. Metamorfosis de México expresadas por la pintura de este grupo de artistas, desiguales, entusiastas, que aceptaron servir de ornamento a servicios que necesitan justificar su existencia durante las visitas oficiales.
Al mismo tiempo, en la Casa de México de la Cité Universitaire, tienen lugar las celebraciones del cuarto centenario de la publicación del Quijote. Tendré el enorme gusto de presentar al público a Fernando del Paso, invitado por el director Guillermo Ordorica, para hablar de su magnífico libro Viaje alrededor del Quijote. De esta plática hablaré más adelante.
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