México D.F. Sábado 30 de octubre de 2004
El puente retrasa apertura de Wal-Mart
Realizan pruebas con georradar en el terreno de Teotihuacán
donde se alza la tienda
PABLO ESPINOSA, FERNANDO CAMACHO Y JAVIER SALINAS REPORTERO
Y CORRESPONSALES
Dispuestas las mercancías en los estantes, acuartelados
los empleados y los guardias de seguridad, expectantes los compradores
en las calles aledañas, todo estaba listo para abrir ayer viernes
la sucursal emblemática de Wal-Mart en Teotihuacán... cuando
llegaron arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH) e hicieron dos boquetes en el piso, justo en la zona
de pasillos de ese súper, en medio de las ofertas, las promociones
y demás mercaderías ya dispuestas al consumo.
Las
excavaciones de último momento se hicieron como consecuencia de
una prueba realizada con un aparato denominado "georradar de penetración"
cuyos resultados arrojaron dos "anomalías". Al abrir dos grandes
hoyos en el piso del supermercado a punto de apertura, los arqueólogos
del INAH sembraron la inquietud, al menos por unas horas.
El suspense consistió en que si la tal prueba
con georradar de penetración hubiese arrojado como resultado el
hallazgo de vestigios arqueológicos importantes, significaría
la suspensión definitiva de ese Wal-Mart tan cuestionado por la
sociedad civil.
Pero muy poco duró esa virtual suspensión,
pues con rapidez inusitada el INAH cumplió el último trámite
que necesitaba la trasnacional para ver legitimada por completo su llegada
a la antigua ciudad de los dioses.
El fast-track del trance arrojó los siguientes
resultados: las "anomalías" (nombre técnico de las manchas
aparecidas en esa suerte de ultrasonido realizado a la piel de la tierra)
consistieron, una vez realizadas las excavaciones, en un simple banco de
arena y en un vulgar conjunto de "ladrillos del siglo XX" (sic).
Y como no encontraron vestigios importantes, los técnicos
se retiraron en sus unidades con el vistoso logotipo del INAH. "Nosotros
ya cumplimos", dijo a La Jornada la oficina de comunicación
social de ese instituto, que otorgó a Wal-Mart el permiso de construcción
el 19 de mayo pasado.
Al preguntar la razón por la cual se hizo este
examen cuando la tienda ya estaba a punto de abrir, el vocero de ese instituto,
Rubén Regnier, respondió que esa prueba técnica para
indagar si había vestigios arqueológicos importantes forma
parte del proceso regular de exploración y ya estaba prevista desde
hace algunas semanas (La Jornada, 27 de septiembre de 2004). Por
medio del georradar, informó el funcionario, se detectaron dos "anomalías"
o cuerpos no identificados al nivel de la roca madre, que es el último
límite de tierra en el que se permite excavar en un sitio arqueológico.
Al principio se manejó la posibilidad de que se
tratara de una falla geológica, un amontonamiento de material orgánico
o un depósito de agua, por lo que el geólogo José
Ortega y los arqueólogos Verónica Ortega y Demetrio Ramírez
decidieron esperar a que se realizara una exploración más
completa en el lugar.
Aproximadamente 90 minutos después, especialistas
del INAH excavaron dos pozos en el suelo de la tienda, en la zona de pasillos,
con una profundidad de 2.10 metros y 2.20 metros, respectivamente. La búsqueda
reveló que las anomalías eran un banco de arena y un conjunto
de ladrillos "del siglo XX".
De ese modo, el INAH dio por concluidos los estudios en
la zona, cerraría los hoyos que abrieron en el piso del súper
y estaría ya en condiciones de "liberar" el terreno (es decir, declararlo
libre de restos arqueológicos de importancia), para que pueda abrir
sus puertas la tan anunciada Bodega Aurrerá operada por la trasnacional
Wal-Mart.
Este episodio postrero había iniciado la noche
del jueves, cuando un grupo de arqueólogos del INAH entró
a la tienda, donde únicamente habían tenido acceso los cientos
de proveedores que colocaron sus mercancías en los estantes, anaqueles,
botaderos, barras, vitrinas, mostradores y todos los sitios disponibles
para las gangas.
La jefa del Departamento de Protección Legal y
Técnica de la zona arqueológica de Teotihuacán, Verónica
Ortega Cabrera, informó que la acción se llevó a cabo
luego de que recibieran los resultados del estudio de georradar realizado
en el predio hace 20 días.
Durante la mañana del viernes, cinco expertos del
INAH, entre ellos la propia Verónica Ortega y el geólogo
José Ortega, se afanaron en los trabajos de exploración de
los pasillos del súper. Mientras, en el exterior de la tienda, unos
70 vecinos permanecieron formados durante unas cinco horas, desde las ocho
de la mañana, respondiendo al llamado que les hicieron la víspera
mediante un altavoz instalado en una camioneta, ofreciéndoles ofertas
y muchas sorpresas de inauguración.
La única sorpresa fue el suspense, que sólo
duró unas horas como una última esperanza para las muchas
y muy distinguidas voces que han manifestado su exigencia de que se proteja
el patrimonio cultural mexicano y sea reubicado ese Wal-Mart.
Pero el suspense continúa como un martilleo
de impaciencia para los anhelantes buscadores de ofertas, a quienes ahora
se les ha esparcido la noticia de que la tienda no se abrirá durante
el "puente"del Día de Muertos. Además de que hay que tapar
los hoyos que hizo el INAH.
|