Ofrece precios de hace 60 años de 13 a 18 horas
Celebra La Bodeguita del Medio 5 años en México
Data de 1950, cuando dejó de ser la Casa Martínez
La be del eme, que no es otra cosa que la Bodeguita del Medio, cripta del buen comer y mejor beber, que se estableció en La Habana allá por los finales de la década de los años 40 del siglo recién pasado, celebra un quinquenio de haberse extendido hasta esta capital azteca en su tentáculo de por rumbos san angelinos.
Cinco años ha que la hoy franquicia de uno de los lugares más famosos mundialmente de la capital cubana se estableció informalmente -cual debe ser, para atender a su historia- en un local de Insurgentes Sur, para ser precisos en el número 1798, en el tramo correspondiente a la colonia Florida.
Sitio de encuentro y reunión en sus orígenes habaneros, hasta acá se ha extendido esta tradición con los muros del recinto ametrallados con infinidad de mensajes o de simples testimonios de algunos de quienes han pasado por este lugar, no todos, desde luego, pues para ello habría que tener a la disposición un segmento de la Gran Muralla China.
Sin embargo, tal como quedó arriba apuntado, el atractivo de la BdelM lo forman primordialmente la comida y los tragos.
De lo mencionado en primer término destacan el menú criollo, que incluye pierna de cerdo, vaca frita o ropa vieja, entre otras delicias. Entre las especialidades del mar se cuentan la lonja de dorado a la criolla, el camarón tamarindo y el camarón al mojo cubano.
Y ya que de mojos es la mención, quepa aquí esta digresión para referirse a la bebida, pues la marca de la casa es un mojito que, como se sabe, es una porción de ron, con el añadido de azúcar, yerbabuena y agua mineral. Misma mixtura que popularizara Ernest Hemingway cuando exclamó "mi mojito en la Bodeguita", frase por ahora interrumpida pues, me parece, que concluía con "mi daiquiri en el Floridita", en referencia a otro sitio habanero de renombre.
Haciendo historia
Los orígenes de la BdelM se van más antes de aquel abril de 1950, cuando la entonces Casa Martínez se convirtió oficialmente en La Bodeguita del Medio. Se cuenta que su propietario original, Angel Martínez, adquirió en 1942 una pequeña y vieja bodega llamada La Complaciente, en la calle de Empedrado 207, exactamente a cien adoquines de la catedral de La Habana,
Ahí expendían bebidas y se podían adquirir artículos como arroz, manteca, frijoles, especias, latería y luz brillante. Armida, la mujer de Martínez, se esmeraba en la cocina para el consumo familiar, pero los aromas de aquello que guisaba pronto llamaron la atención de quienes ahí hacían escala para echarse un trago. Entre ellos se contaba Felito Ayón, el dueño de la imprenta vecina, que con el tiempo se convirtió en el gran animador cultural del sitio en el que la intelectualidad y la cultura cubana se empezaron a dar cita.
Más rápido de lo pensado ocurrió que los platillos, primero de Armida y luego de otra cocinera, a quien todo mundo conocía con el mote de La China, tuvieron que ser ofrecidos a la ya numerosa clientela que ocurría a la Casa Martínez.
Entre el directorio de concurrentes se contaban Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Wilfrido Lam (el pintor), la prima ballerina Alicia Alonso y luego no había visitante distinguido de aquellos días que no pusiese pie en aquel lugar, como de ello dejó constancia el ya citado Hemingway.
La Bodeguita, que Guillén en una elegía convirtió en bodegona, tiene por el mundo sus imitaciones y, como es de esperarse, ha cosechado lauros de todas clases. Ya sean nacionales, entiéndanse éstos como cubanos, como el Girasol de Cristal o internacionales como los dados por organismos gastronómicos de España, Inglaterra y Francia.
De anécdotas está llena la historia de este lugar, mas una que despierta la curiosidad de los visitantes es el origen de una sentencia originalmente pegada a la pared que una vez fue verde de la casa original. "Cargue con su pesao", se puede leer, y la leyenda refiere que en una ocasión uno de los contertulios, con unos alcoholes encima, se puso altanero y fue la nota discordante, por lo que Enrique Labrador Ruiz, un escritor, con toda chispa se paró, atrajo la atención del resto de los presentes y, serio, anunció: "Artículo 15 del reglamento de la Bodeguita cargue con su pesao". A esa voz, Luis Alonso, otro hombre de letras, que fue quien invitó al desordenado, fue a la imprenta adyacente y en grueso papel pintó el letrero que obliga a guardar la compostura, y desde entonces la frase es la divisa de la BdelM, pues ahí, fundamentalmente, va uno a pasar un buen rato.
Como parte de los festejos de su aniversario La BdelM ofrece precios de hace 60 años durante este mes y el próximo si el consumo se da entre la 13:30 y las 18 horas con la conveniencia de que al cliente se le cobrará la comida y él mismo pagará la bebida.