Su fabricación no contamina y tardan tres meses o menos en desintegrarse
Platos térmicos de maíz, papa y piedra sustituyen a los de unicel
Ya están disponibles en tiendas de autoservicio del país; por ser biodegradables podrían servir para fabricar composta y como alimento, asegura el director de la empresa importadora
¿Qué queda después de un partido del Mundial de futbol? Tras desvanecerse la euforia de la victoria o la frustración de la derrota, al menos algo queda: innumerables vasos y platos desechables en los botes de basura de millones de hogares y oficinas.
Y perduran durante largo rato. Habrá quedado en el olvido el marcador final del partido México-Portugal y esos necios platos de unicel seguirán existiendo... por cerca de 500, tal vez 600 años.
Desde hace un par de semanas ya no tiene que ser así.
Por primera vez en México están a la venta platos térmicos biodegradables que se pueden usar en hornos de microondas. Si bien ya hay platos biodegradables (los de cartón, siempre y cuando no estén cubiertos de una película de plástico), éstos son los primeros térmicos en el mercado.
La compañía EarthShell Hidalgo (www.earthshell-hidalgo.com), importadora de la empresa estadunidense Earth-Shell, distribuye en México platos hechos con maíz, papa y piedra caliza que tardan tres meses o menos en desintegrarse, con los cuales se puede hacer composta.
Proceso limpio y austero
En entrevista con La Jornada, David Maczka, director general de la empresa, y Manuel Rosemberg, director de operaciones, explican que los platos no sólo son biodegradables, sino que el proceso de producción no contamina y utiliza una reducida cantidad de energía; la materia prima es natural y abundante; se usa agua como agente espumador, en lugar de sustancias orgánicas volátiles, como pentano o butano.
En pocas palabras, se mezcla piedra caliza, almidones de papa o maíz, fibra de pino, resinas naturales y agua. Se coloca una película biodegradable encima (cera y polímero). El director general de la compañía inclusive compara su producción con la de una tortilla. "Vamos, en caso de hambre extrema uno podría comerse hasta el plato", aseguran sus distribuidores.
EarthShell Hidalgo entra en grande a través del Grupo WalMart, que desde hace un par de semanas lo distribuye en 300 establecimientos a lo largo de la República.
El primer producto que ofrece son platos de 22.54 centímetros. El precio es mayor que el de los platos de plástico, unicel o cartón, aunque no de manera desproporcionada. Dependiendo del establecimiento, el paquete de 15 piezas cuesta unos 23 pesos.
Posteriormente distribuirán platos hondos y vasos. El proceso de producción de los vasos es más complejo, pero son, por mucho, lo más consumido en el sector de lo desechable. Difícil encontrar una oficina sin un vaso desechable. "¡Esta!", interviene Maczka.
Actualmente, los productos son importados de Estados Unidos. La compañía mexicana tiene la licencia exclusiva de esta tecnología para México y Centroamérica.
EarthShell Hidalgo planea, en los primeros meses de 2007, echar a andar una planta en Actopan, Hidalgo, que use materia prima nacional. Rosemberg, consultor en temas ambientales, enfatiza la importancia de este hecho: "Se dice que el campo y la industria están contrapuestos, pero queremos dar un ejemplo de que puede haber sinergia; habrá un beneficio local".
Otros objetivos
Maczka, quien anteriormente trabajó sobre todo en la industria textil, y Rosemberg cuentan que están muy interesados en vender envases a Pemex para las plataformas petroleras. Los platos usados ya no tendrían que ser transportados en barco a tierra. Los trabajadores en las plataformas podrían aventar al mar los platos sucios, y éstos, inclusive, podrían servir de alimento a los peces.
Otros sectores claves a los que quieren llegar: establecimientos de comida rápida e instituciones educativas y gubernamentales.
EarthShell Hidalgo ha realizado campañas educativas en universidades; ha visitado, por ejemplo, la Universidad Iberoamericana y la Universidad Del Valle.
En Estados Unidos, Earth-Shell Corporation, con sede en Lutherville, Maryland, tiene una alianza estratégica con DuPont para desarrollar empaques ecológicos. Las compañías trabajan en las cubiertas protectoras de vasos y platos y en envolturas de sándwiches.
EarthShell ha distribuido a empresas como McDonald's y a proveedoras de instituciones gubernamentales y educativas.
Existe otra compañía que hace envases desechables biodegradables: Biocorp (www.biocorpaavc.com/index.asp), con sede en Becker, Minnesota. Comercializa NatureWorks PLA ("polylactide"), un plástico a base de maíz, hecho por Cargill Dow Polymers LLC. Biocorp que exporta a varios países.
Según EarthShell Hidalgo, actualmente el mercado global de envases desechables de papel y plástico es de 30 mil millones de dólares anuales (unos 13 mil millones se venden en Estados Unidos). Se calcula que en México el mercado es de 650 millones de dólares anuales. Para darnos una idea del peso del mercado nacional, un mayorista le comentó a Maczka que el año pasado vendió 200 millones de platos.
Según Biocorp, en Estados Unidos se usan cerca de 113 mil millones de vasos, 39 mil millones de cubiertos y 29 mil millones de platos desechables al año. La mitad son de plástico.
Desde hace algunos años, diversas instituciones y empresas de la Unión Europea han realizado diversas investigaciones sobre envases biodegradables (www.biomatnet.org/publications/f4046fin.pdf).
The online magazine for sustainable seas (Mayo 1999, volumen 2, número 5. www.oneocean.org/overseas/may9) da cuenta de otros grupos que también realizan investigaciones sobre el plástico biodegradable: investigadores del Servicio de Investigación de Agricultura (Beltsville, Maryland) desarrollaron una forma de extraer fibra de las plumas, la cual se podría usar para sustituir, además del plástico, la fibra de madera y de vidrio.
Científicos australianos descubrieron que el almidón usado en empaques promueve el crecimiento de la bacteria bífida del intestino (la misma bacteria benéfica de algunas marcas de yogur).
El Informe Olímpico, de Green-peace, reporta que en las Olimpiadas de Invierno de 1994 (Lillehammer, Noruega) se usaron empaques de almidón de papa; en las de 1998 (Nagano, Japón) se hicieron un millón de platos desechables biodegradables a partir de pulpa de manzana, almidón de papa o arroz.
Así que, si se usan en las Olimpiadas, ¿por qué no para la botana del Mundial?