Tamales y hormigas reina asadas en comal, entre los platillos más populares
Por su exotismo y variedad, la chiapaneca es una comida para paladares universales
Desde hace 30 años, La Pichancha ofrece un extenso menú acompañado de música de marimba
Tuxtla Gutierrez, Chiapas, 28 de junio. La comida chiapaneca tiene la característica de que no es picante, aunque posee una variedad abundante de chiles, entre los que se encuentra el simojovel, que ya tostado se agrega a los frijoles refritos; entre las bebidas destacan el pozol, el posh y diversos aguardientes; de los postres sobresalen las nieves, los dulces de amaranto, los de calabaza, los panes de sabores salados y dulces; también existe una rica diversidad de platillos con aves, pescados y carnes, expuso Mario Enrique Esquinca Micelli, propietario del restaurante La Pichancha, quien agregó en entrevista: "Hace 30 años me di cuenta de que faltaba un negocio que ofreciera comida típica del estado". La Pichancha (pieza de una bomba de agua que impide que pase la basura a la cisterna, es decir, una coladera) obtuvo el premio nacional de comida regional 1996 otorgado por la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados.
La comida chiapaneca "es, por su sabor, competitiva con cualquier paladar, ya sea de Estados Unidos, Europa o de cualquier parte del mundo. Chiapas tuvo muchos problemas de vías de comunicación, lo cual hizo que conservara sus platillos y su forma de elaborarlos. Aquí, en el centro del estado, lo tradicional es el cerdo adobado y horneado, al cual llamamos cochito.
"En la zona de Los Altos hay influencia española, como ocurre en San Cristóbal; los jamones y los embutidos son muy consumidos. En la costa, los pescados, el camarón seco, y en toda la entidad tenemos 36 tipos de tamales, así como postres de maíz, además del pozol, una bebida de masa. El clima influye mucho en el tipo de alimentos; en las zonas frías y en las regiones calientes tienen diferentes tamales".
Hormigas asadas en comal
Para Esquinca, la comida chiapaneca tiene sabores exóticos. "Se usa mucho la yerba santa, y nos comemos hasta las hormigas. La reina, que es muy grande y alada, es la que se come, aunque sólo el tórax y el abdomen; lo demás se tira. Esa hormiga es muy torpe; en temporada de lluvias sale de sus agujeros y sigue la luz, entonces la gente pone un foco y debajo de él un balde con agua salada. Ahí caen y se ahogan.
"Se asan en un comal, se doran y las alas se queman. Es diferente el sabor del tórax que el del abdomen. Mientras éste es cremoso, el otro sabe como a papita. Es parecido a los escamoles. Aquí se puede conseguir en el mercado, aunque hay gente a la que le da asco, aunque la hormiga es rica en proteínas.
"Aquí se acostumbra el mole dulce, con camarones. Tenemos mole verde, el pipián. En Chiapa de Corzo -primera ciudad fundada en Chiapas-, en enero, durante las fiestas de San Sebastián Mártir, se realiza una festividad en la que todos los hombres se visten de parachicos (con máscaras).
"Miles hacen sonar sus sonajas. El chiapaneco, en general, es bajo de estatura y moreno, aunque ya hay mucha mezcla. Es cálido, amable y atento. Su defecto es que tiene mucha confianza. Aquí aún se vive con tranquilidad."
Diario suena la marimba en La Pichancha, con un grupo que ejecuta bailes regionales. Invitan a la clientela a sumarse a la danza. Hay quien no lo hace nada mal. "Aquí lo importante es tomarse un tiempo para saborear la comida y disfrutar la música. Nada como la sopa de chipilín (una planta), con bolitas de maíz y crema. Hay pocos restaurantes como el mío, y creo que eso es lamentable".
Cuando Silvia Pinal visita el restaurante, suele pedir tamales. Además de artistas llegan embajadores y políticos. "Aquí estuvo Rigoberta Menchú, quien también comió tamales. Chiapas es más de Centroamérica que de México. El plato más caro es el filete, y cuesta 90 pesos. Además, ofrecemos pumpo, otra denominación del tecomate o guaje. Es un recipiente natural y térmico. No hay un pumpo igual. Contiene una bebida fresca. El postre que más gusta es el chimbo, de miel y canela. Es un panecillo de yema de huevo al que se le añade helado".
El personal de La Pinchancha consta de 54 personas, y los platillos son responsabilidad de dos mayoras. El servicio es de martes a domingo a partir de las 13 horas. La marimba suena de 14 a 18 horas.
En dos años más establecerá una franquicia con folclor chiapaneco en la ciudad de México.
La Pichancha se localiza en avenida Central Oriente 37. Teléfono: 611 1139 y 612 5351.