Hay pasión por acudir hoy a las urnas en Venezuela, pero el transporte es insuficiente

Batallones se movilizan en busca de 10 millones de votos para Hugo Chávez

El presidente conseguirá la relección sobre su adversario Manuel Rosales, según sondeos

BLANCHE PETRICH ENVIADA

Caracas, 2 de diciembre. Con el toque de diana, a las tres de la mañana, los integrantes del batallón bolivariano del cerro La Vega, barrio bravo al oeste de Caracas, serán convocados. Se reunirán en el local de la reparadora de llantas, frente al parque Juan Cucharo, y pasarán revista de sus deberes y haberes. Hugo Salas, por ejemplo, pondrá su motocicleta. Otros, algún viejo vehículo. Hubo quien tuvo que buscar sillas de ruedas.

Cada uno ­150 por batallón­ debe llevar al menos 10 personas a votar. Porque aunque en este cerro de gente pobre hay furor para acudir este domingo a las urnas, no hay transporte suficiente para llegar a las mesas electorales, que no siempre están cerca. Para las barriadas populares caraqueñas, desde Petare hasta Katia, donde vive hacinada la gran reserva electoral del chavismo, el transporte es uno de lo talones de Aquiles.

El jefe del batallón, José Ramón, asegura que es sólida la organización popular en esta ladera de La Vega. Cuentan con varios pelotones. Y los jefes de batallón, a su vez, responden a un comando bolivariano. Nadie es militar aquí, pero las estructuras del Movimiento V República prefieren usar algunos términos castrenses.

Su lema es "10 razones para los 10 millones". Las razones son las llamadas "misiones" que estructuran los programas sociales del gobierno. Misión Robinson es el plan de escuela gratuita. Misión Barrio Adentro es el de las clínicas. Misión Vuelvan Caras promueve las cooperativas populares. Misión Negra Hipólita (así se llamaba la nodriza de Simón Bolívar) es un proyecto de albergue, rescate y rehabilitación de indigentes y adictos. Y los 10 millones de refieren a la consigna de Hugo Chávez: "10 millones por el buche", que es la cifra de votos que aspira obtener mañana.

En la última elección, Chávez obtuvo 6 millones y, según coinciden casi todas las casas de encuestas, esa será la cantidad de sufragios que obtendrá, con lo que se impondrá sobre su contrincante socialdemócrata Manuel Rosales, quien obtendría cerca de 4 millones de sufragios.

"Y todo por amor, mi comandante", canta por todo lo alto una mujer que baja del cerro saltando entre los ríos de lodo y basura que dejó el aguacero. Para Katerina Jiménez, las razones son obvias. Era empleada y sufrió un accidente. Tuvo hospital gratis. Fue indemnizada y recibe una pensión completa. Su hija tiene una beca escolar. Aunque el salario no ha subido considerablemente, los programas asistenciales apuntalan la economía doméstica en los barrios más pobres. "Y claro que vivimos mucho mejor ahora que antes".

Según un estudio de opinión de la consultoría Datanálisis, los programas sociales, que abarcan casi 40 por ciento del presupuesto federal, tienen 75 por ciento de aceptación entre la gente.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo reconoció en un informe reciente que el manejo de las misiones ha elevado efectivamente la calidad de vida de los venezolanos. Además hay dinero para financiarlos. El Fonden, una caja chica que capta los excedentes petroleros, financia estos proyectos que, según un artículo reciente del director del departamento que estudia la pobreza en la Universidad Católica, Pedro España, "sí han aliviado las condiciones de vida de entre 50 y 60 por ciento de los habitantes de las zonas más deprimidas, pero no solucionan las causas estructurales de la desigualdad".

A pesar de que los opositores critican "la regaladera" que caracteriza a la gestión de Chávez, la percepción de la población de que los proyectos de la revolución bolivariana han cambiado la vida a millones de pobres ha obligado al candidato opositor a tomar cartas en el asunto y una de sus ofertas de campaña fue la famosa "Mi negra", tarjeta de débito que daría una renta de 600 dólares mensuales a los desempleados.

A la vuelta del changarro donde se reúne el batallón bolivariano los locatarios del "mercal" ­mercados que venden a precios subsidiados­ ya empiezan a recoger la mercancía. Y al lado, en la típica construcción octagonal de los módulos de salud del proyecto "Barrio Adentro", se abren las puertas de la clínica. Ahí espera Vladimir, el médico cubano, a atender a sus pacientes.