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■ Miel de abeja
Estos días de frío otoñal auguran un invierno con bajas temperaturas; por eso es importante tener en cuenta algunos remedios caseros que pueden ayudar a suavizar los síntomas de resfriados y afecciones bronquiales. En esta época se utiliza miel para jarabes, pastillas y otros compuestos para la garganta y la tos.
Es especialmente apreciada la miel de la península de Yucatán, que ya producían y consumían los antiguos mayas. Diego de Landa en su Relación de las cosas de Yucatán registra que en esa zona había gran variedad de flores, “muchas de ellas a maravilla lindas y hermosas y de diversos colores y olores” que daban “abundantísimo mantenimiento a las abejitas para su miel y cera”.
Se refiere a dos distintas abejas; unas eran silvestres y no picaban. Se criaban en los huecos de árboles y piedras. Los mayas recolectaban la miel y, cuando tenía exceso de agua, la hervían para que ésta se evaporara. Otras abejas eran un poco mayores y se criaban en colmenas muy distintas a los panales que hacen las abejas europeas. Se conformaban por decenas de vejiguitas que eran como nueces de cera unidas entre sí. Las abejas las llenaban de miel y, cuando los recolectores castraban la colmena, reventaban las vejigas con un palito y recogían la miel que escurría.
En su libro Las primeras cocinas de América, Sophie D. Coe recoge el testimonio de Francisco Hernández de Córdoba, quien llegó a América hacia 1517 con Diego Colón; él vio en la isla de Cozumel “numerosas colmenas fabricadas de madera y que le llevaron calabazos llenos de miel blanca y de sabor excelente”. Los mayas no sólo produjeron miel para su propio consumo, sino también comerciaron con ella.
La continuidad cultural del conocimiento en torno a las abejas se muestra en distintos vocablos mayas actuales. Así, u balamil kab es la abeja que cuida la colmena; bo’ol es una abeja sin aguijón, bolon es una abeja pequeña que se enreda en el pelo; chuah kab es una abeja silvestre: algunas abejas de monte se trasladan a colmenas domésticas.
El pozol y diversos atoles se pueden endulzar con miel. También lleva miel el balché; en el Chilam Balam de Chumayel se mencionan unos camotes cocidos y endulzados con miel.
En esta receta de María Eugenia Buenrostro hay dos ingredientes presentes en la península de Yucatán: Cuando sueltan el hervor dos tazas de agua se agrega una hoja mediana de hoja santa, de preferencia fresca. Se baja el fuego y se deja hervir por unos minutos. Se apaga y se deja reposar unos minutos más; se endulza con miel. Es magnífica infusión para aflojar y calmar la tos. Se toma en la noche, evitando enfriarse.