ue se vayan Justino Compeán y Decio de María por su pésima conducción del balompié mexicano. Que se vayan porque engañaron a todos. Al técnico Sven-Goran Eriksson le aseguraron que el Tri estaba sólo un paso atrás de Argentina y Brasil y dispondría de una rica legión de jugadores en Europa, a punto de dar el do de pecho. El mismo cántico triunfal pregonaron en México, con Jorge Vergara a la cabeza: estamos para campeones del mundo y sólo se necesita al guía ideal.

Se pensó que Eriksson podía ser un moderno Menotti que venía a revolucionar el balompié, pero luego de salvar la fase eliminatoria anterior de panzazo y de caer ante Estados Unidos, queda claro el error. El clamor general es por la salida del técnico. La paciencia se agotó ante sus alineaciones extrañas y, peor aún, ya anticipó que seguirá llamando al inocuo Gío dos Santos, quien al igual que Nery Castillo ni siquiera juega en su equipo.

La frase vox populi, vox dei, sencillamente no aplica. En la FMF ponen oídos sordos a todo, menos al tintineo de las monedas. ¿Qué cláusulas le habrán firmado al sueco que hoy tiene a los federativos maniatados?, ¿tanto los ilusionó cuando les dio el sí, que se olvidaron de errores anteriores y pecaron de espléndidos sin prever el fracaso? Esta situación se intuye, se deduce, con sólo mirar el rostro de pesar de Compeán diciendo que el técnico tiene todo el apoyo.

El asesor o auxiliar técnico Paco Ramírez hizo el papelón al abofetear a Frankie Hejduk tras el partido. Cual señora de mercado no toleró las risas burlonas y fue a desquitarse de la peor forma. Ahora debe agradecer al equipo de las barras y las estrellas no haberlo reportado ante FIFA, pues había videos de sobra con su bochornosa reacción. Mejor hubiera recomendado a Eriksson no dar tantos días libres al plantel y una buena elección de convocados.

Los jugadores cayeron en el vedetismo. Se afanan filmando comerciales y promocionales, pero en la cancha volvieron a ser los ratoncitos verdes. Líderes de papel resultaron Oswaldo Sánchez, con su craso error luego de prometer hasta el fastido –vía tv– que iban a ganar; Pável Pardo con la tristemente frase célebre si perdemos no pasa nada, y el flamante capitán Rafa Márquez con sus accesos de garra, dice Compeán; de estupidez, opina todo el mundo.

Atletas de otras disciplinas ven suspendidas sus becas o apoyos económicos en cuanto bajan su nivel y ya no dan las marcas o los tiempos exigidos. No se salvan ni quienes han ganado medallas olímpicas. Los futbolistas pierden, hacen el ridículo y les basta ofrezco disculpas, como lo hizo Márquez, para continuar apapachados. Ya la FMF alista su defensa ante la investigación que anunció la FIFA sobre las reiteradas agresiones del zaguero.

Si no hubo respeto para nuestros paisanos que gastaron miles de dólares y que manejaron más de 12 horas para llegar a Columbus, con todo y mal tiempo, ¿con qué cara pide Compeán que el 28 de marzo la afición colme el estadio Azteca y redoble las porras a los ratoncitos? Total, con apoyo o sin él, ya sería el colmo que de tres boletos y medio rumbo a Sudáfrica, los tricolores se queden con las manos vacías... Y si alguien va a llorar entonces, serán las televisoras.

En este crítico momento ni los clubes se salvan. Pachuca es líder de la tabla general, con 13 puntos, pero el autonombrado equipo de México tiene la mayor nómina de foráneos. El sábado alineó a siete no nacidos en el país, y eso que el naturalizado Gabriel Caballero estuvo en un palco. El sublíder y campeón Toluca tiene en Cristante, Da Silva, Romagnoli, Sinha y Mancilla a sus pilares. Eso explica todo.

Mucho dinero entra a las arcas de la federación, pero no llega a las fuerzas básicas. Por eso Jesús Ramírez, campeón del mundo Sub-17 en Perú 2005, exigió en su contrato un inciso para poder salir en caso de una buena oferta y dejó a la Sub-20 en vísperas del premundial en Tijuana. ¿O fue al revés?, al América sólo le importó enderezar su nave y hacerse de un buen técnico, caiga quien caiga.

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