Domingo 22 de febrero de 2009, p. 3
Las lenguas maya y mazateca estarán representadas en el Salón del Libro de París –que se realizará del 12 al 18 de marzo próximos– como reconocimiento a que la literatura mexicana no sólo se produce en español, sino en más de 60 lenguas
, dijo el escritor bilingüe Juan Gregorio Regino.
Esto sienta un precedente en la política cultural del país y nos proyecta como nación multilingüe
, señaló el poeta mazateco, autor de libros como Que siga lloviendo, quien además, en el contexto del Día Internacional de la Lengua Materna, decretado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que se celebró el ayer, reflexionó para La Jornada: La diversidad lingüística del país no debe volver a verse jamás como problema; debemos superar las ideas colonialistas que persisten y nos oprimen como personas y como sociedad. El monolingüismo que caracteriza a la sociedad en general debe superarse. En esto, las comunidades indígenas tienen mucho que enseñarnos
.
El escritor, linguista y promotor cultural dijo que al Salón del Libro de París asistirán escritores mexicanos en castellano, como Sergio Pitol, Margo Glantz, Carlos Fuentes y Rosa Beltrán, mientras la presencia de las letras indígenas del país estará representada por la poeta maya de Campeche Briceida Cuevas Cob y por Juan Gregorio Regino.
Trascender latitudes
Ojalá esto derive en más acciones incluyentes, y la educación nacional desarrolle actitudes y conocimientos que permitan que la sociedad sea bilingüe, cuando menos. En el proceso de revitalización lingüística que las comunidades indígenas viven, es urgente la alternancia con las lenguas internacionales.
En París, el poeta, originario de la mazateca baja, de la comunidad de Nuevo Paso Nazareno, en la zona de Temazcal, Oaxaca, leerá su obra en su lengua materna y el público local podrá escuchar traducciones al francés.
El escritor planteará la necesidad de que las literaturas indígenas del país trasciendan nuestras fronteras
. Agregó que la intención es tejer redes de colaboración con lenguas minoritarias de Europa, con las que compartimos situaciones de tutela y subordinación lingüística
; además, se tratará de interesar a editores privados para que publiquen las literaturas en lenguas indígenas y se rompa la inercia que vivimos, pues eso permitiría acceder a un mercado del que todavía seguimos ausentes
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