En los dos primeros años del gobierno de Felipe Calderón, el Ejército Mexicano se enfrentó 153 veces contra grupos vinculados con el narcotráfico y el crimen organizado, que arrojaron la muerte de al menos 80 efectivos castrenses, según cifras hechas públicas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

En el reporte, obtenido mediante su sistema de transparencia, se detalla que de 2000 a 2008 tuvieron lugar 169 enfrentamientos, por lo que las cifras de la actual gestión federal representan un incremento de prácticamente 10 veces con respecto a los 16 intercambios armados registrados en el gobierno de Vicente Fox.

Como parte de la campaña permanente contra el narcotráfico y violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en 2008 el Ejército se enfrentó en 105 ocasiones con fuerzas criminales. Tamaulipas fue el estado con mayor número de combates, al reportar 23; seguido de Chihuahua, con 13; Durango, con 10, así como Nuevo León y Michoacán, con ocho cada uno. Sólo en el Distrito Federal, Querétaro y San Luis Potosí no se registraron encuentros, situación que sí ocurrió en 2007, con uno por entidad.

La Sedena precisa en su documento que de los 48 enfrentamientos armados registrados en 2007 contra grupos delictivos, en Tamaulipas y Durango tuvieron lugar el mayor número, con siete en cada entidad; seguido de seis en Oaxaca y cinco en Nuevo León y Sinaloa.

Según especialistas universitarios en temas de narcotráfico y seguridad nacional, la ausencia de un esquema viable de seguridad y el empecinamiento federal de no realizar cambios de fondo en los cuerpos policiacos, entre otros elementos, están consolidando la presencia de grupos delictivos y la tendencia de crecimiento de la violencia en el país.

Adalberto Santana, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso en entrevista que el comercio internacional de drogas ilícitas ha crecido 75 por ciento en los principales mercados de consumo.

Lo que es un estímulo para que un amplio sector de la delincuencia organizada siga creciendo. En el caso de México este incremento y la rentabilidad de ese negocio lo estamos viviendo en las expresiones de violencia de grupos criminales contra las instituciones del Estado mexicano, principalmente las policiacas, afirmó.

Para el autor del libro Narcotráfico en México, la lucha contra el trasiego de drogas continuará en el país por años, debido a que los gobiernos federal, estatales y municipales no han demostrado tener la capacidad para enfrentar este fenómeno y porque “no es un problema de guerra sino de mercado.

El gobierno no va por el camino correcto y se está demostrando con esta gran ola de violencia que no la va a frenar, porque la tendencia es ir acrecentando, apuntó.

Pedro Isnardo de la Cruz, también de la UNAM, expertos en temas de seguridad nacional, expuso que en el país estamos en un momento delicado de la estrategia presidencial en materia de crimen organizado y narcotráfico, por la inexistencia de una cohesión al interior del gabinete de seguridad y el nivel de inconsistencia que presenta la inteligencia civil y militar en los tres ámbitos de gobierno.

Además, por la paranoia que ha provocado el crimen organizado, que ha rebasado a la sociedad y se ha instalado en las corporaciones policiacas, cuyos mandos están siendo extorsionados e intimidados para renunciar a sus responsabilidades, aun los militares.

Pero sobre todo, puntualizó, porque los gobiernos estatales y municipales no están teniendo un nivel de coordinación confiable, eficiente y de compromiso en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, porque no saben en quién confiar.