Guerrero Negro, BCS, 5 de marzo. Mientras cientos de ejemplares de ballena gris –que cada año vienen a pasar el invierno en esta región– se preparan para su regreso al Pacífico Norte, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha detectado otra amenaza para su supervivencia: la presencia de marcadores luminosos de cianuro que utiliza el narcotráfico en el mar.

A semanas de que concluya la visita del cetáceo a las lagunas Ojo de Liebre, San Ignacio y Bahía Magdalena, aún se encuentran en esas aguas cristalinas ballenas amistosas, que con un largo de hasta 15 metros y un peso de 35 toneladas, se acercan a las embarcaciones de turistas, pasan por debajo de ellas, sacan la cabeza a centímetros de la lancha para ser tocadas y se exhiben ante los ojos asombrados de los visitantes.

Los lancheros de las comunidades están organizados para dar el servicio turístico y en una zona desértica donde las fuentes de trabajo son escasas, esta actividad se ha convertido en una opción económica durante la temporada invernal.

La ballena gris pasa el verano en los mares de Bering y Chukchi, en el Pacífico Norte y en invierno comienzan una migración en un recorrido de 10 mil kilómetros, que las lleva hacia las lagunas de este estado, donde nacen los ballenatos.

El titular de la Semarnat, Juan Elvira Quesada, durante un recorrido por la laguna Ojo de Liebre, dijo que otra de las amenazas que enfrenta la ballena gris –especie bajo protección especial incluida en la norma 059–, son el cambio climático y las embarcaciones.

Respecto del cambio climático dijo que en esta temporada llegaron menos ballenas y que se detectó un cambio en la temperatura del agua en las lagunas y el mar abierto, lo que hace que una gran cantidad de ejemplares se hayan quedado fuera de las lagunas.

Dijo que sobre las embarcaciones se buscará entablar pláticas con el gobierno de Estados Unidos para evitar que afecten al mamífero. En relación con los marcadores de cianuro que utiliza el narcotráfico en el mar, el funcionario explicó que es un tema que se deberá analizar con las secretarías de Marina y Gobernación.

Por su parte, Ernesto Enkerlin, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, detalló que desde hace 15 años se monitorea a la ballena gris y se ha detectado un crecimiento moderado de su población. Aclaró que la cantidad de ejemplares que llega a México depende si en el océano Pacífico hay Niño o Niña; este año en Ojo de Liebre se censaron mil 300 ejemplares y el máximo histórico es de 2 mil.

En relación con los efectos que podría tener la crisis económica en el tema ambiental, Elvira Quesada dijo que en el ejercicio del presupuesto de este año no se verán afectaciones en las metas planteadas por el gobierno federal. Dijo que específicamente en el caso de los programas de conservación de la ballena gris se mantienen las líneas de trabajo.