Pastelería francesa
Sufre la panadería nativa
Beisbol económico con los pies
l acompañante de Carla Bruni guerreó ayer a pastelazos. Primero consiguió que su desangelado anfitrión anunciara la constitución de una vergonzosa instancia binacional que estudiará la procedencia de una sentencia emitida por uno de los poderes presuntamente soberanos de una nación supuestamente independiente, cuyo nombre de mercado es Mex and Co. Luego, sobre el mismo tema, puso en evidencia los fallidos intentos de la torpe administración mexicana por hacerlo callar sobre el tema central de su visita, el caso mediáticamente muy explotable para él de la paisana presa a la que se quiere llevar de regreso a Francia para que allí el sistema judicial consanguíneo le dé un buen trato libertario: Me dijeron que no tenía que comentar, lo cual me da muchas ganas de hacerlo, pero la política no puede ser el lugar donde la gente no habla
, dijo el señor Bruni, sin precisar desde cuál instancia anfitriona le quisieron recetar una versión gala del Comes y te vas. Y entonces defendió su derecho y obligación –absolutamente legítimas– de intervenir en casos que conciernan a sus compatriotas, haigan sido como haigan sido las causas por las que hubieran llegado a las cárceles. Ya para cerrar ese episodio que para sus intereses resultó triunfante, el buen Nicolás anunció su petición al avasallado Felipe para que conforme a tratados internacionales la secuestradora Cassez (jurídicamente ha sido sentenciada como responsable de graves delitos) pueda cumplir su condena en Francia (donde tal vez encuentren los administradores de las cárceles alguna forma de atenuar en la práctica los rigores de una justicia
mexicana que les parece aterradoramente corrupta).
El tratamiento de excepción que el ex presidente Calderón (lo fue del comité nacional panista) está dando al expediente Cassez se suma a otras exhibiciones de debilidad extrema, como la remoción de su secretario de comunicaciones y transportes luego de una embestida dolosa de poderes fácticos que presionan en busca de concesiones y permisos varios. Si Felipe el Breve mantiene la postura que ayer asumió respecto al tema de la francesa secuestradora, y permite que conforme a interpretaciones bajo presión de tratados internacionales sea repatriada, estará enviando a los mexicanos un mensaje grave de impunidad trasnacional, de tratamiento selectivo de casos judiciales y de doblegamiento institucional ante maniobras y forcejeos de gobiernos extranjeros. Las cárceles mexicanas están llenas de presos que merecerían comisiones especiales de estudio aún después de las sentencias. Para no ir tan lejos, allí están las aberraciones jurídicas cometidas contra los dirigentes del movimiento popular de San Salvador Atenco.
La siguiente feria de pastelazos se dio ante el Senado mexicano, donde el mariscal Sarkozy lanzó cargas de caballería intervencionista al permitirse ni más ni menos que colocar al país anfitrión en una báscula de grandezas o pequeñeces nacionales a partir del hecho de que sean capaces de enviar soldados propios a fuerzas multinacionales de paz (el tema ya había sido planteado durante el foxismo, pero encontró rechazo abierto y desdenes que lo llevaron al archivo). Una gran nación debe asumir derechos y obligaciones, entre éstas la de suministrar la sangre de sus hijos para conformar expediciones pacificadoras. Por tanto, si México nunca lo ha hecho, nunca habrá sido una gran nación, según la lógica soldadesca del mandatario europeo, que agregó a su canasta básica de desaciertos decir que el mundo espera más de México. No fue, ciertamente, una renovada versión de la guerra de los pasteles, pero sí una farsa desarrollada a pastelazos políticos. Rudeza excesiva la del acompañante de Carla Bruni que con unos cuantos golpes de repostería discursiva exhibió la falta de ingredientes suministradores de firmeza y empaque en la panadería neocolonial.
En otro asunto de gastronomías conflictuales, Carstens, el lanzador de insuficientes primeras bolas en diamantes de talla internacional daba muestra pública del rechazo que entre masas no controladas por el Estado Mayor Presidencial genera el manejo de la política económica por un equipo de beisbol que juega con los pies y ha pasado de la fanfarronería ante la crisis por venir al reconocimiento de que se está frente a un tsunami y no un catarrito como de manera socialmente ofensiva había dicho el rotundo secretario de hacienda, cuya figura le hace particularmente propicio para ser objeto de bromas que contrastan la opulencia de la elite con las flaquezas colectivas. Tomando en cuenta la exploración de campo hecha por el lanzador agustiniano, ¿se atreverá algún día a someterse a la opinión pública sin controles –en un estadio, por ejemplo– el panista michoacano al que según sus encuestas a la carta tan bien le va en la evaluación popular, con calificaciones
inclusive por encima de las que en el mismo periodo tuvieron algunos de sus antecesores en tiempos menos confrontados y críticos?
Pero nadie ha de decir que el lic. F.C. se la pasó ayer todo el tiempo aguantando fuego galo. En determinado momento se permitió la gallardía de exigirle a Barack Obama que le pase la información sobre criminales mexicanos que tengan las agencias policiacas, militares o de inteligencia de aquel país y que éste asuma con hechos la parte de responsabilidad que le corresponde
en la llamada guerra contra el narcotráfico. Angustiados han de estar en el Pentágono, la DEA y la FBI, cuando menos, por las exigencias del político mexicano, trabajando horas extras para juntar datos y reportes y ponerlos a disposición del quisquilloso vecino.
Y, mientras sube de tono la confrontación entre el monrealismo que tiene en el alcalde de Fresnillo (David, hermano de Ricardo) al virtual candidato a gobernador por el PT, y el gobierno zacatecano que tiene a la hija Claudia, también senadora, como operadora política y asistencial con aspiraciones de futuro, ¡hasta mañana, viendo al IFE empequeñecerse hasta en las multas a las televisoras!
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