El Banco de México (BdeM) sorprendió ayer al mercado financiero al decretar una reducción de 0.75 puntos en su tasa de interés de referencia, el mayor de los tres recortes aplicados este año. Esta medida busca estimular la actividad económica al reducir el costo del financiamiento.

Considerado el principal mecanismo con el que cuenta el banco central para influir en las expectativas de inflación, ya que sirve para reducir el costo del dinero entre los intermediarios financieros e incluso hasta el crédito para empresas y personas, la tasa de interés interbancaria pasó de 7.50 a 6.75 por ciento anual.

La decisión fue justificada por el BdeM por la contracción de la economía nacional en sus diferentes indicadores, mientras que aseguró que la inflación ha seguido una tendencia decreciente desde diciembre pasado.

La crisis financiera global se ha intensificado, así como las consecuencias negativas en las distintas regiones del mundo (...) En México, los componentes del balance de riesgos se han deteriorado sustancialmente más en lo que se refiere a la actividad económica que en lo tocante a la inflación, explicó la institución.

La economía nacional, añadió se sustrajo sustancialmente en el último trimestre del año anterior y se estima que se contraerá también en el trimestre actual a ritmo similar.

En enero y febrero de este año, la tasa de interés interbancaria se redujo en 25 y 50 puntos base, respectivamente, en contraste con las tres alzas que registró a lo largo 2008, en medio de las protestas de los sectores financieros y privado.

De ubicarse en 7.5 por ciento en enero del año pasado, la tasa subió a 8 por ciento en julio y luego a 8.25 en agosto, nivel en que se mantuvo durante los cinco meses posteriores. Hasta que, en este año, el banco central decidió reducir la tasa: el 16 de enero la bajó a 7.75 por ciento; luego a 7.5 el 20 de febrero y ayer en 6.75 por ciento, la más baja de los últimos quince meses.

Además, la tasa registra una baja acumulada de 150 puntos base en los últimos ocho meses si se compara con el nivel más alto que registró en agosto de 2008 con el fijado este 20 de marzo, de acuerdo con las estadísticas del BdeM.

El banco central insistió en que la caída del empleo y de la demanda en Estados Unidos impacta negativamente a México, como lo indican los más recientes indicadores sobre las exportaciones, consumo privado, masa salarial y producción industrial, ésta última con un desplome de 11 por ciento en términos anuales.

En cambio, ponderó que las expectativas de mediano plazo sobre la inflación continúan bien ancladas y no se ha dado una contaminación a las negociaciones salariales.

No obstante, el BdeM no dejó de advertir que aunque la turbulencia financiera haya amainado, no deja de representar un potencial riesgo para la inflación, más aún cuando a nivel mundial la caída en el precio de las materias primas por una reducción en la demanda han reavivado los temores de que ocurra una deflación en algunos países desarrollados.

Además, recordó que existe una gran incertidumbre sobre la profundidad y duración de la crisis, que ya ha afectado los mercados financieros, los flujos de capital, el desempeño de las economías emergentes y una fuerte contracción en el comercio mundial.

Por lo pronto, la reducción de la tasa mencionada produjo como consecuencia inmediata una baja en las tasas que brindan los bonos mexicanos de largo plazo (a 10 o 20 años), como los Certificados de la Tesorería (Cetes), que ayer perdieron entre 0.25 y 0.71 por ciento en sus rendimientos respecto de los ofrecidos un día antes.

En tanto, el peso recuperó siete centavos frente al dólar respecto de la jornada del jueves ya que la divisa se vendió en 14.21 pesos en operaciones interbancarias al mayoreo, aunque el mejor día fue el martes 17 de marzo, cuando la paridad se ubicó en 14.11 pesos.