La participación de la Infantería de Marina en el combate al crimen organizado y al narcotráfico continuará incrementándose en el presente sexenio; para ello, la Armada de México aumentará el número de sus elementos de 14 mil que tenía en 2006 a 25 mil 500 para el año 2012; además, pasó de dos a 32 batallones de esta fuerza terrestre en los dos últimos años.

Señala lo anterior el director de Apoyo Administrativo y Logístico de Coordinación de Infantería de Marina, capitán de navío Federico Alberto Magaña Ramos, quien agrega que durante el sexenio de Vicente Fox los marinos participaron en 10 mil 350 acciones contra el crimen, mientras de diciembre de 2006 al 24 de marzo pasado, suman 13 mil 255. Además se creó un nuevo batallón de fuerzas especiales (cada uno con 250 elementos de elite), con sede en la ciudad de México, que se suma a los que operan en Tuxpan, Veracruz, y Manzanillo, Colima.

En entrevista con La Jornada, el oficial destaca que los infantes son adiestrados en combate urbano, combate cercano en interiores y en el establecimiento de puestos de control en las carreteras del país, donde, para evitar violaciones a los derechos humanos de la población civil, el alto mando ha dotado a las unidades de equipamiento especial no letal y una instrucción básica: el uso de armas de fuego es el último recurso; ninguna persona es considerada delincuente –aunque no detenga su auto– en tanto no agreda al personal naval. La instrucción ha dado resultado hasta la fecha: la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) no ha emitido ninguna recomendación a la Secretaría de Marina por violar los derechos de civiles.

Menciona que con los operativos anticrimen las denuncias anónimas han aumentado, lo que ha reducido los índices de violencia en las zonas donde hay mayor presencia de las fuerzas federales. Actualmente somos 16 mil infantes de Marina y para finales de año pretendemos ser 17 mil 500; dentro de los proyectos de esta administración tenemos como meta para 2012 ser 25 mil 500 elementos, indica, con el objetivo de consolidar las estructuras y las planillas orgánicas de todas las unidades.

–¿Cuál ha sido la estrategia para que se dé este crecimimiento, cuando en el Ejército es preocupante la deserción?

–Aspectos como la profesionalización del personal, su identificación con nuestra institución. El personal se siente orgulloso, su permanencia le da prestigio y por otro lado se han emprendido acciones para mejorar su calidad de vida, lo que se ha traducido en índices de deserción bajos y demanda de contrataciones.

En promedio, en un batallón de 500 o 600 personas tenemos una deserción de 5 o 7 por ciento en un año; casi siempre el fin de la relación se da en buenos términos y en el caso de los elementos de fuerzas especiales se les da seguimiento para evitar que se sumen a las filas del crimen.

Adquirimos equipo especial de policía marítima para hacer un uso escalado de la fuerza en los puestos de control, indica, como gas lacrimógeno, esposas, armamento y municiones menos letales, como balas de goma, chalecos de protección, uso de bastones para someter a personas, sin que esto implique el uso del arma de fuego; ésta queda como último recurso. Asimismo, trampas ponchallantas que se accionan cuando un vehículo pretende huir y así, en vez de dispararle, empleamos las trampas para detenerlo.

Por cada batallón (uno en cada estado) hay seis equipos completos de puestos de control.

–¿Cómo han hecho para evitar represalias, levantones?

–Actuar con ética, con profesionalismo y no apartarnos del marco legal. Si algún día recibo una amenaza, no puedo apartarme de eso, estamos conscientes de que pueden amenazarnos, pero no nos amedrentamos. Eso se lo inculcamos al personal, que el que se va del otro lado le va peor, por eso es mejor ir derechito, no hay de otra.

Apunta que la nueva estrategia del gobierno federal incluye los operativos alto impacto, en las áreas donde la problemática de seguridad es bastante notoria y donde se requiere que la acción del gobierno se haga notar, como ha sido en Baja California, Sinaloa, Michoacán y Guerrero; también se realizan operaciones de alto impacto en Tamaulipas, Veracruz y en Isla Mujeres hasta Chetumal, donde las acciones son directas y contundentes en coordinación con las fuerzas federales.

Los resultados obtenidos en el combate al crimen organizado, de diciembre de 2006 a la fecha, particularmente en acciones realizadas en Sinaloa, Guerrero y Michoacán, son: 42 toneladas y media de cocaína aseguradas; 43 toneladas de mariguana; 541 hectáreas de esta droga erradicadas; 39 hectáreas de amapola, 457 personas detenidas, 157 embarcaciones, 303 armas de fuego 37 mil cartuchos y 21 granadas.