Domingo 3 de mayo de 2009, p. 25
Lo que empezó como un día sin clases, mucha tele y diversión, a más de una semana de la alerta sanitaria se ha convertido para los niños de la capital en un terrible encierro
. Se cansaron de jugar dentro de casa, de los juegos de video y el estrés de los adultos convirtió la convivencia familiar en una situación difícil para todos
. Para los Ramírez el primer día de la alerta fue complicado, pero se pudo resolver con adelantar el periodo vacacional de la madre, sin embargo, las distracciones han cambiado. Karla, de siete años, ya se sabe los horarios de programas infantiles, ha visto un sin número de películas y por increíble
que parezca, esto ya no le interesa.