El coro de 34 pequeñas había sido invitado a participar en un festival de música joven
Fuertes presiones
del gobierno de Avilés y del principado de Asturias, detrás de la decisión
Se nos amenazó con que no nos dejarían salir del hotel, dijo a La Jornada el director del grupo
Miércoles 13 de mayo de 2009, p. 4
Madrid, 12 de mayo. Es un grupo de 34 niñas de entre ocho y 17 años de edad, que tienen una afición común: la música.
Hasta hace un par de semanas tenían un sueño compartido: hacer la que sería para muchas su primera gira por Europa, como integrantes del Coro de los Niños Cantores del Estado de México.
Venían como invitadas a un festival de música joven en Asturias, donde compartirían escenario con grupos de otros países, pero su participación fue vetada sólo una hora antes de abordar el avión, bajo el argumento de que su presencia en tierras asturianas suponía un riesgo para la población al ser potenciales portadoras del virus de la influenza humana A/H1N1.
Estas 34 niñas, que viajan con tres adultos, entre ellos el director del coro, Alberto Alvarado Reyes, han vivido una historia agridulce desde que salieron de México el pasado 29 de abril. Una hora antes de emprender el vuelo y cruzar el Atlántico, el director y jefe de expedición recibió una llamada telefónica desde Asturias; era Juan Carlos Galiano, director del festival Asturias Joven 2009, para decirle que debido a fuertes presiones
del gobierno municipal de Avilés y del principado de Asturias, había decidido cancelar la participación del coro.
No nos querían ahí
El propio Alvarado Reyes manifestó a La Jornada que se le explicó en aquella conversación telefónica, en medio del estrés por la inminencia del viaje, que en el festival habían tenido muchas presiones para que no viniéramos, que no se nos quería ahí y que incluso se amenazó con pedir a la gente que no asistiera a los conciertos y que a las niñas, si llegaban hasta el lugar de la presentación, no las iban a dejar salir del hotel
.
A pesar de que tanto el responsable del coro como los padres de las niñas habían tomado todas las precauciones recomendadas para evitar cualquier contagio y de que todas tienen una salud impecable, la decisión de cancelar su actuación se mantuvo.
Desde el gobierno del principado de Asturias se explicó, sin embargo, que la única participación que ha tenido en el festival es dar una subvención de 18 mil euros, y que en ningún caso
ha intervenido en la decisión final de cancelar la actuación del coro mexicano. Mientras, los responsables de prensa del ayuntamiento de Avilés explicaron que la medida la adoptó el responsable del festival, Galiano, quien –según ellos– fue quien recomendó cancelar la actuación de las niñas mexicanas una vez que iba creciendo la crisis sanitaria internacional por la influenza.
En todo caso, la polémica decisión de vetar al coro mexicano y considerarlo una amenaza
a la salud pública, hasta el punto de advertirle que no lo dejarían salir del hotel si llegaba hasta Asturias, nadie la asume. Ni el director del festival, quien –según Alvarado– rompió a llorar frente las niñas ante la impotencia de no poder garantizar su actuación en el festival. Ni el principado de Asturias, donde insisten en que su única participación es de carácter económico. Ni, por supuesto, el ayuntamiento de Avilés, que, al igual que el gobierno autonómico, responsabiliza de la medida al organizador del encuentro.
En el estadio Santiago Bernabéu
Una vez vetada su presencia en Asturias, las 34 niñas, de la mano de su director, de un asistente más y de Rosalía, quien lleva las relaciones públicas, decidieron reconducir la gira.
En ningún momento se plantearon claudicar en el leitmotiv de su viaje. Así que, gracias a una pequeña bocina y un iPod, decidieron plantarse en las principales plazas públicas de Madrid para cantar un repertorio que habían estado preparando en los últimos 12 meses.
Primero fue la Plaza Mayor, después la Plaza de Oriente, más tarde el Parque del Retiro, unos días después la ciudad de Segovia y hasta en la Casa de América de Madrid.
En todos estos sitios, y únicamente apoyadas por esos dos artilugios tecnológicos, empezaban sus recitales: desde canciones populares mexicanas y españolas hasta arias de la ópera más exquisita. Una muestra del amplio repertorio de un coro que nació en 1978 y que en su estructura original tiene 75 niñas, pues, a pesar de que los niños son bienvenidos, no hay ninguno interesado en estos momentos.
Rosalía explicó que toda la gente los ha tratado muy bien, sólo nos han pasado algunas cosas un poco desagradables, como cuando íbamos en el Metro y varios pasajeros se alejaron de nosotros. Porque se dieron cuenta de que éramos mexicanos y hasta dijeron que cómo era posible que nos dejaran entrar
.
Hoy mismo el coro tuvo dos actuaciones más: la primera, improvisada, en el estadio Santiago Bernabéu, donde sus integrantes fueron incluso entrevistados por la radio de la entidad y, como gesto de reconciliación, en la sede del principado de Asturias en Madrid. Su regreso al país será este viernes 15 de mayo.