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La calificadora pasó de estable a negativa la perspectiva para Pemex y 8 financieras

Werner: el gobierno no comparte la visión de S&P sobre la economía mexicana

México tiene en 2010 un importante reto fiscal y eso lo sabemos, dijo el subsecretario

 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de mayo de 2009, p. 25

El gobierno federal no comparte la visión negativa sobre la evolución de la economía mexicana a corto plazo, expresó este martes Alejandro Werner, subsecretario de Hacienda, al comentar un reporte emitido el lunes por Standar and Poor’s (S&P), que anticipó una contracción de la economía de 5.5 por ciento este año y alertó sobre la debilidad de las finanzas públicas.

México tiene en 2010 un importante reto fiscal y eso lo sabemos, dijo Werner ante reporteros. Expuso que la consideración de S&P sobre la situación fiscal del país es un llamado de atención que la Secretaría de Hacienda tiene muy presente.

Contracción de 5.5%

El lunes pasado S&P cambió de estable a negativa la perspectiva sobre la deuda emitida por el gobierno mexicano y las paraestatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad. La modificación no afecta el llamado grado de inversión sobre la deuda pública mexicana y sólo significa que ahora las posibilidades de incumplimiento son mayores.

La revisión de la perspectiva de México a negativa refleja nuestra evaluación sobre el deterioro en sus posiciones fiscal y externa, explicó el lunes Lisa Schineller, analista de S&P. Esto se combina con la posibilidad de que el Congreso, tras las elecciones legislativas de este año, no resuelva adecuadamente la flexibilidad en la política fiscal de México, añadió.

Este martes, en una conferencia telefónica desde Nueva York, Schineller ratificó el pronóstico de que la economía mexicana tendrá una contracción de 5.5 por ciento este año y una débil recuperación en 2010, con un avance de sólo uno por ciento. La analista dijo que la suspensión de actividades por la epidemia de gripe A-H1N1, provocará una caída de medio punto del PIB (equivalente a unos 50 mil millones de pesos). Expuso que la contingencia sanitaria impuesta por los gobiernos federal y locales, y que paralizó actividades en varias regiones del país por cinco días, limitará la recuperación económica en el segundo trimestre.

En la conferencia de este martes, la especialista destacó que la razón de la calificadora para colocar en perspectiva negativa la deuda pública mexicana tiene que ver con la insuficiencia de recursos fiscales por parte del Estado y la dependencia de los ingresos petroleros.

Ha habido una gran dependencia presupuestaria en el petróleo por bastante tiempo, dijo. Lo vulnerable de las finanzas públicas se hacen más evidentes en tiempos como los actuales en que las crisis demandan mayor gasto para hacer frente a la caída, abundó.

Werner comentó ayer que el país no enfrenta dificultades fiscales este año, debido a la adquisición de la cobertura de ingresos petroleros que, a pesar de la caída en el precio, garantiza que el gobierno federal tendrá los recursos previstos en el presupuesto de 2009. El reto importante en materia fiscal es para 2010, pero en el gobierno, en el Congreso y en la sociedad tenemos una historia que avala el manejo responsable de las finanzas públicas, dijo.

No tienen suficiente flexibilidad operativa y financiera para lidiar con el riesgo, explica

Juan Antonio Zúñiga

Standard & Poor’s, una de las más importantes empresas consultoras del mundo, pasó de estable a negativa la perspectiva en escala global de Petróleos Mexicanos y ocho instituciones financieras que operan en México, una vez que modificó en el mismo sentido su punto de vista sobre las calificaciones soberanas del país por el deterioro de sus posiciones fiscal y externa.

Las instituciones financieras que han sido puestas en perspectiva negativa son: BBVA Bancomer, Banamex, Banco Santander, ING Bank México, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y el fideicomiso Asigna, Compensación y Liquidación, según análisis enviados por Standard & Poor’s a los inversionistas mexicanos a través del mercado bursátil.

En opinión de la calificadora, bajo las circunstancias financieras que prevalecen en el mundo y un panorama económico más complicado en México, estas instituciones no tienen suficiente flexibilidad operativa y/o financiera para lidiar con el riesgo indirecto del soberano, en particular, a medida que se intensifica en un entorno más complicado.

Resume: Consideramos que bajo las actuales circunstancias, de presentarse un escenario de estrés del soberano, las instituciones financieras en México podrían seguir la misma tendencia debido a los importantes vínculos que tienen sobre la liquidez y el deterioro de activos, y en nuestra óptica, de un entorno económico más adverso y una dinámica del negocio más lenta en el sector.

Deterioro de posiciones

En la víspera, Standard & Poor’s Ratings Services informó desde su sede en Nueva York que revisó la perspectivas de las calificaciones soberanas de México de estable a negativa, debido al deterioro en sus posiciones fiscal y externa, aunado a la posibilidad de que el Congreso, tras las elecciones legislativas de este año, no resuelva adecuadamente la falta de flexibilidad en la política fiscal de México.

El fundamento de su revisión, de estable a negativa en la perspectiva de las calificaciones soberanas del país, fue: Esperamos que la posición fiscal de México se deteriore en 2009 y 2010, al igual que ocurrirá en muchos otros países. Sin embargo, el deterioro de las finanzas públicas de México acentúa las vulnerabilidades fiscales estructurales subyacentes del país, tales como su dependencia presupuestaria de los ingresos petroleros, la ausencia de ahorros fiscales significativos y una baja base tributaria no petrolera.

Escenario fiscal desafiante

Todos estos factores conforman un escenario fiscal desafiante, y consideró que los requerimientos financieros del sector público de México se acerquen a 4 por ciento del PIB, y que la deuda neta de este sector se ubique en una proporción equivalente a 43 o 44 por ciento del producto.

Luego de esta evaluación, la calificadora modificó la perspectiva de Petróleos Mexicanos de estable a negativa. Esto refleja, explicó, el perfil financiero altamente apalancado de Pemex y la comparación desfavorable de su tasa de sustitución de reservas en relación con la de otros emisores con grado de inversión, así como la disminución de su volumen de producción.

Apuntó: Los indicadores financieros de la compañía, después de impuestos, son muy débiles para su categoría de calificación, debido a un elevado monto de obligaciones por pensiones sin reservas y a la sustancial porción de sus ingresos que es transferida al gobierno. Esto ha provocado que Pemex financie con deuda la mayor parte de su programa de inversión en los últimos años.

La perspectiva negativa de las calificaciones de Pemex, dijo Standard & Poor’s, refleja la correspondiente a la calificación soberana de México. Aclaró que cualquier alza a las calificaciones de Pemex exigirá la combinación de: una contribución gubernamental de capital suficiente para permitirle un desapalancamiento significativo; que el gobierno reduzca de manera significativa la carga fiscal de Pemex para que la compañía pueda financiar internamente el grueso de sus inversiones para mantenimiento y expansión; la mejora de operaciones, en especial la que corresponde al reemplazo de reservas, y una disminución en los crecientes pasivos por pensiones sin reservas de la empresa.

Y advirtió: Podríamos bajar la calificación en moneda local si el apalancamiento de Pemex sigue subiendo significativamente, si los pasivos por pensiones suben desproporcionadamente y si no mejora la tendencia en el reemplazo de reservas.