Jerusalén, 12 de mayo. Bendicto XVI defendió hoy la reconciliación genuina y duradera entre cristianos y judíos, durante una misa al aire libre en el valle de Josafat. Jerusalén debe ser un lugar en que los prejuicios, la ignorancia y los miedos que la alimentan deben ser derrotados por la honestidad, el derecho y la búsqueda de paz. Dentro de sus murallas no debe haber lugar para la violencia, la opresión y la venganza, destacó.

Al pie del Monte de los Olivos, en esta ciudad emblemática para el judaísmo, el cristianismo y el islam, el Papa alemán mencionó los sufrimientos, las frustraciones, las pruebas padecidas debido a los conflictos en la región.

Por la mañana, Joseph Ratzinger visitó la mezquita de la Cúpula de la Roca, en la Explanada de las Mezquitas y tercer lugar sagrado del Islam, donde el muftí Mohamad Husein, la máxima autoridad palestina de Jerusalén, solicitó un mayor compromiso del Papa para poner fina la agresión israelí contra los palestinos.

En en el Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado del judaísmo, el Papa cumplió la tradición de colocar un mensaje –escrito en latín– entre sus piedras, en el que pide a Dios que envíe su paz a la Tierra Santa, a Medio Oriente y a toda la humanidad.

La segunda jornada del Papa fue ensombrecida por las críticas en Israel por la frialdad y la abstracción del discurso que pronunció ayer sobre el Holocausto de los judíos sin mencionar la palabra nazi. Incluso el Vaticano se vio obligado desmentir que el Papa haya formado parte de la Juventud Hitleriana, y explicó que fue enrolado contra su voluntad como auxiliar de la defensa antiaérea en Baviera, su pueblo natal.

En tanto, el pacifista israelí Meir Margalit, hijo de sobrevivientes del Holocausto y nacido en Argentina, pidió la Papa que se pronuncie contra la ocupación israelí de los territorios palestinos. “No se puede venir a Israel a hablar de paz y no hablar de los dos millones y medio de palestinos que viven bajo la ocupación. Si el Papa no habla de ello su visita es decepcionante, dijo.