Colombo, 13 de mayo. Cerca de 100 civiles tamiles acorralados en la zona de guerra del noreste de Sri Lanka murieron en los bombardeos del miércoles y de la víspera contra un hospital improvisado, afirmó un médico, mientras que Occidente condenaba una vez más a los bandos beligerantes. El ejército de Sri Lanka indicó que estaba a punto de penetrar en la última zona de cuatro kilómetros cuadrados en manos de los rebeldes tamiles. Los dos bandos se acusan mutuamente de matar a los civiles que se encuentran bloqueados allí.

Tres obuses cayeron sobre un dispensario hoy miércoles. Al menos 50 personas murieron y más de 60 quedaron heridas, afirmó por teléfono T. Varatharajah, un médico que trabaja en un improvisado hospital en la minúscula franja costera donde están acorralados los rebeldes tamiles junto a decenas de miles de tamiles no combatientes.

Sin decir si el bombardeo fue realizado por el ejército o por los rebeldes, el médico agregó que 47 personas murieron el martes tras un ataque idéntico.

Decenas de personas heridas son atendidas bajo los árboles o a la orilla de la carretera, afirmó por teléfono el vocero de los Tigresm S. Puleethevan.

Los bombardeos causaron además la muerte de un empleado local de la Cruz Roja, indicó en Colombo el comité internacional de la institución.

Los Tigres de Liberación de Eelam Tamil (LTTE) acusaron a las fuerzas armadas de Sri Lanka de haber lanzado un bombardeo con baterías de artillería.

Colombo rechazó la acusación y sostuvo que hace diez días ordenó a sus fuerzas no utilizar artillería pesada en la zona del conflicto, con el fin de no causar víctimas civiles.

El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, John Holmes, calificó la situación de absolutamente atroz

El británico, a quien el gobierno de Colombo negó a finales de abril todo acceso humanitario a la zona del conflicto, acusó al LTTE de utilizar a la población como escudo. Desde Ginebra, también criticó a Sri Lanka por seguir utilizando armas pesadas.

De acuerdo con estimaciones de la ONU, 6 mil 500 civiles han muerto y 14 mil resultaron heridos entre finales de enero y mediados de abril, durante la ofensiva final del ejército contra la insurrección separatista.