Alvarado, Ver., 16 de mayo. En poco más de 14 meses de gobernar, el alcalde de Alvarado, el panista Bogar Ruiz Rosas, reconoce que tiene más de 40 denuncias de todo tipo –penales, civiles y laborales– pero advierte que él es la máxima autoridad en esta ciudad de 70 mil habitantes, la mayoría dedicada a la pesca. A sus críticos no sólo los llama perros en su boletín electrónico, sino que manda encarcelar a periodistas, y si son empleados del ayuntamiento los hostiga o directamente los despide.

Recientemente mandó detener a Simón Tiburcio Chávez, editor de la publicación Nuevo amanecer, que al día siguiente fue puesto en libertad porque no había delito qué perseguir; antes encarceló a su jefa de prensa, quien la acusó de conducir un auto robado, y a la dirigente sindical de los empleados municipales –esposa del editor del semanario El Quijote– la envió a trabajar su plaza de secretaria en el basurero municipal.

Tiburcio Chávez cuenta que el sábado 30 de abril se encontraba en el salón Las Fuentes, donde se desarrollaba un festival infantil encabezado por el edil, quien minutos antes le mandó un mensaje con uno de los mismos colaboradores de la publicación mensual, a quien le dijo: dile a Simón que yo sólo pego una vez.

El editor narra que poco después sujetos con el rostro cubierto y armados se le fueron encima y en voz baja le decían: date preso y no te resistas, por tu bien, en medio del griterío de los niños asustados y los adultos sorprendidos que pensaron que todo era parte del show infantil.

Aquejado de diabetes e hipertensión, a Simón Tiburcio se le negaron sus medicamentos durante las más de 24 horas que permaneció incomunicado en la comandancia de esta ciudad.

La Comisión Estatal para la Defensa de los Periodistas que dirige Gerardo Perdomo Cueto, intervino y asesoró en la denuncia 266/09 contra el edil, que quedó radicada en el Ministerio Público local, pues la detención ocurrió sin acusación formal.

Toda su vida fue un porro

Toda su vida fue un porro; así lo conocieron en el Tecnológico de Veracruz; pero ahora está loco. No sólo nos enfrentamos a un inepto y corrupto, sino a un tipo enfermo, dice José Ángel Palacios, editor de El Quijote, el semanario de mayor circulación en esta ciudad, mediante el cual ha pedido que se vaya el alcalde; ha documentado, con fotos y textos, al igual que el mensuario Nuevo amanecer, las extravagancias y excesos del alcalde.

–Pero la gente lo quiere, votaron por él, ¿no?

–La gente ahorita está aterrada de las cosas que hace este loco.

María Luisa Martínez Chávez, es esposa del editor de El Quijote, tiene 18 años como secretaria en el ayuntamiento y desde hace más de cinco es dirigente sindical de los trabajadores municipales.

En agosto de 2008 solicitó la revisión contractual. Molesto, Bogar envió, mediante oficio, a trabajar a María Luisa al basurero municipal. En el relleno sanitario no hay luz, agua ni un escritorio ni nada para ejercer la función de secretaria que siempre ha hecho. A las pocas horas fue despedida con el argumento de negarse a trabajar. Fue reinstalada por intervención de las autoridades laborales.

Otro caso es el de Yolanda Rovelo, quien fue detenida hace un año después de enfrentarse con su jefe, quien la acusó de tripular un auto robado. Era vocera del ayuntamiento y ella construyó la página electrónica desde donde el alcalde llama perros a sus críticos.

A la cuenta de Bogar se añade la demanda del ex empleado Salvador Emanuel Lara Cárdenas, quien el 29 de julio pasado acusó a Denis Ruiz de acoso sexual: éste es hoy secretario privado del munícipe. Salvador, al poco tiempo de ventilar su caso en el Ministerio Público, fue aprehendido, en los separos lo desnudaron y lo mojaron; sufrió presión y humillaciones. Su caso sigue archivado.

El funcionario ha sido acusado de nepotismo, y ahora se ocupa en desbaratar los paraderos que la administración priísta anterior mandó construir a orillas de la carretera, y los sustituye por unos que no tapan a la gente del sol ni de la lluvia ni sirven para sentarse, es una locura, comenta el ciudadanos José Ángel Palacios.

Los alvaradeños cuentan que Bogar ganó la alcaldía por su discurso encendido contra el PRI y por sus acciones violentas que gustaban a la gente. Nunca se pensó, cuentan ahora, que estas acciones las emprendería contra sus gobernados.