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Soy enemigo de la inflación palabraria, pues el dolor se dice callando: Eduardo Galeano

Benedetti vivió para abrir puertas de corazones propios y ajenos

Decretan en Uruguay día de luto nacional por la muerte del escritor

Mario es un referente de toda la historia contemporánea de su patria, expresó un lector anónimo frente al féretro

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Mario Benedetti, en imagen de 2006, durante una firma de libros en MontevideoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 19 de mayo de 2009, p. 4

Montevideo, 18 de mayo. La capital uruguaya amaneció lluviosa, con el cielo encapotado, y la sede del Congreso, un palacio de mármol de estilo griego, lució más gris que nunca cuando empezaron a llegar a las 9 de la mañana, puntuales, los lectores que deseaban despedirse del escritor Mario Benedetti, quien murió este domingo a los 88 años.

Laura, joven de poco más de 20 años, leyó una hoja que tenía en la mano: “Bonjour buon giorno guten morgen/ despabílate amor y toma nota/ sólo en el tercer mundo mueren cuarenta mil niños por día/ en el plácido cielo despejado flotan los bombarderos y los buitres/ cuatro millones tienen sida/ la codicia depila la Amazonia”.

Y siguió, ensimismada, conmovida, porque allí, en ese edificio inmenso, donde se elaboran las leyes del país sudamericano en el que nació el poeta, empezaron a velar los restos de un joven de 88 años, que vivió para abrir puertas de corazones propios y ajenos, según dijo la muchacha a la agencia Dpa.

Esos versos de Benedetti, publicados en 1997, forman parte de la frondosa poesía que legó y es una luz que siempre ayudó a seguir en la lucha, diría poco después su hermano Raúl en conversación con los periodistas que se arremolinaron en la entrada de la capilla ardiente en el Congreso.

Amigo leal, entero y firme

Benedetti fue velado durante todo el lunes y el gobierno uruguayo decretó día de luto nacional. Las banderas de todos los edificios públicos ondearon a media asta. El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, acudió al velorio y aseguró que hombres como él nunca mueren. Desde la víspera sus voceros habían advertido que, por el gran respeto que el mandatario le tenía al poeta, no ofrecería discursos ni declaraciones sobre la muerte del autor.

Hace unos tres años, estando en Madrid con el también escritor Tomás de Mattos, actualmente director de la Biblioteca Nacional de Uruguay, después de firmar autógrafos a unos 700 españoles que habían ido a escucharlo, dos estupendas chicas porteñas (argentinas) se cruzaron con él en la vereda y le pidieron un autógrafo en una guía turística, que era lo único que tenían a mano, recordó De Mattos en la capilla.

Benedetti firmó y “recibió dos grandes besos. Cuando ellas se fueron, él, que era un gran esposo, nos dijo, casi rezongando: ‘Bien dicen que Dios le da pan a quien no quiere tener dientes’. ¡Y tenía 84 años en esa época! Ése es el Benedetti que quiero recordar en este momento tan triste para todos”, dijo el funcionario.

Fue un amigo leal, entero, firme. Un hombre con el que se podía ir a una mesa a tomar un café. Un verdadero amigo. En estos últimos tiempos, que fueron difíciles, siempre recibimos su atención, la felicidad de vernos, de dialogar, señaló por su parte Daniel Viglietti, músico y compositor.

Un hombre bendito y generoso

Eduardo Galeano, artesano de la palabra, inventor de términos igual que su colega fallecido, no encontraba una frase que resumiera su dolor por la partida del poeta y se limitó a expresar a la prensa que “en italiano, Benedetti significa ‘bendito’. Benditos sean las mujeres y los hombres honestos y generosos como él. Soy enemigo de la inflación palabraria, no sólo de la monetaria. Me parece que el dolor se dice callando”.

El autor de Las venas abiertas de América Latina fue uno de los primeros amigos en llegar a la casa del poeta el domingo, a los pocos minutos de enterarse de su deceso. Desde ese momento no se ha separado de la familia.

La semilla de Benedetti quedó sembrada (y sigue preñando) en miles de jóvenes que lo amaron (y aprenden a querer) profundamente. Por eso, sus lectores, que acudieron ayer a darle gracias por el fuego que los ayudó a sobrevivir en tiempos difíciles para la humanidad, ciudadanos comunes, fueron quienes otorgaron el mejor y más emotivo adiós al escritor.

Muchos lloraban. Un hombre depositó una rosa frente al féretro: Mario es un referente de toda la historia contemporánea de Uruguay, expresó ese lector anónimo, quien explicó además que la rosa es como una ofrenda en mi condición de creyente, aunque Mario no lo era, pero en el respeto de todos está la tolerancia.

Nunca se doblegó ante el poder

La tristeza por la muerte de Benedetti no sólo invadió su país natal. México, Cuba, Argentina y España, entre otras naciones hispanoamericanas, lloran la desaparición física del poeta como si se tratara de un autor propio.

Además de los diarios, que dedicaron sus secciones de cultura a dar la noticia, en Internet, dece-

nas de páginas de poesía, así como blogs, redes sociales y los espacios de medios de comunicación dedicados a los comentarios de los cibernautas se tapizaron con mensajes de despedida al autor de Primavera con una esquina rota.

En el diario Clarín, de Argentina, el premio Nobel portugués José Saramago escribió: La cabeza nos dice que no hay milagros, pero el corazón insiste en creer que un milagro de vez en cuando, además de no alterar el orden del mundo, vendría bien como compensación por las inevitables tristezas de la vida. En el fondo, queríamos creer que la lectura de los poemas de Benedetti, puesta a correr alrededor del mundo, haría retroceder a la muerte que le amenazaba. Mario perdió la batalla, nosotros, sus amigos, sus lectores, también. Restará la memoria, restarán los libros, pero, en este momento, memoria y libros casi nos parecen poco. El dolor y la tristeza no se adormecerán tan pronto. Estaba Mario Benedetti y dejó de estar.

En Página/12, también periódico argentino, el poeta Juan Gelman expresó: Es indecible el dolor de su pérdida. Fue poeta, fue novelista, fue ensayista y, sobre todas las cosas, fue un hombre bueno. Nunca se doblegó ante el poder. Su muerte deja el vacío grande que dejan los grandes. De su obra nacerán otros poetas, como él siempre quiso, y seguirá vivo en el tiempo. Él ya no sufre, descansa ya.

Homenaje en Alicante

Los premios Cervantes chilenos Gonzalo Rojas y Jorge Edwards también lamentaron la muerte de Benedetti: Era una figura en el ejercicio de la poesía grande. Fue una persona a quien yo quise mucho y también todos los escritores latinoamericanos, escribió tantos libros, comentó Rojas a Dpa.

En un tono menos emotivo, el escritor Jorge Edwards recordó en el diario La Tercera, de Chile: Teníamos muchas diferencias, pero era un buen prosista y un escritor interesante.

En la Universidad de Alicante, España, el rector Ignacio Jiménez Raneda anunció que se realizará un homenaje en la sede de esa casa de estudios el próximo martes 26 de mayo.

En el acto se proyectará un video inédito, que pensaba darse a conocer en la Biblioteca Nacional de Madrid el próximo 9 de julio.

En México, la editorial Alfaguara informó que como parte del homenaje póstumo al poeta realizará una campaña en diversos medios para obsequiar libros de diferentes títulos del autor, así como su biografía, escrita por Hortensia Campanella.

Este martes, a las 10 horas de Montevideo, si no hay instrucciones que indiquen lo contrario, Mario Benedetti recibirá sepultura en el Panteón Nacional del Cementerio Central.