Martes 19 de mayo de 2009, p. 5
El dolor se dice callando.
Pero me pregunto:
¿qué será de nuestra ciudad,
sola de él?
¿qué será de Montevideo,
mutilada de él?
Y me pregunto:
¿qué será de nosotros, sin su
bondad inexplicable?
Texto exclusivo para La Jornada