El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) prevé que el producto interno bruto (PIB) para el primer semestre del año caerá entre 8 y 9 por ciento, mientras que para todo el año se advierte un descenso de 5.5 por ciento, lo que generará cerca de un millón de desempleados.

Antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dé a conocer este miércoles el comportamiento del PIB durante el primer trimestre del año, el IMEF calculó que el descenso fue de 8 por ciento, reflejo de la gravedad de la crisis. No obstante, tenemos que analizar la caída que reportará el Inegi con sumo cuidado, ya que tiene un sesgo positivo, debido a la Semana Santa, toda vez que durante el mes de marzo se tuvieron más días laborales este año en comparación con el pasado, explicó Jonathan Heath, presidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF.

Señaló que algo similar ocurrió con la producción industrial, pues pese a que el Inegi informó el pasado lunes que la actividad cayó 9.9 por ciento en los primeros tres meses del año, si comparamos los datos mes con mes y de manera anualizada, el promedio de contracción de los últimos cinco meses es de 20 por ciento, dijo el especialista y precisó que ese nivel de caída en la industria no se vio ni en la parte más difícil de la crisis de 1995.

A diferencia de aquellos años, cuando pese a lo profundo de la caída económica y de las actividades productivas, la recuperación comenzó en el segundo semestre, en esta ocasión será lenta y paulatina, incluso, dijo, no irá a la par que la mejora en la economía de Estados Unidos, expresó Heath.

La buena noticia, acotó, es que estimamos que ya hemos tocado fondo y que en los siguientes trimestres debería registrar cifras positivas. Sin embargo, nos preocupan tres aspectos fundamentales: primero que la recuperación pueda sostenerse en 2010; segundo que la recuperación de Estados Unidos sea pareja y abarque la recuperación industrial y la demanda por nuestras exportaciones; finalmente nos preocupa el deterioro sobredimensionado en el sector servicios de nuestro país, cuyas cifras en los primeros meses del año fueron excepcionalmente malos y se espera más deterioro por el efecto de la epidemia de la influenza, apuntó.

Por su parte, el presidente del IMEF, Pedro Núñez, y el responsable del Comité de Estudios Fiscales de ese organismo, Francisco Macías, hicieron hincapié en la necesidad de concretar una reforma fiscal con visión de largo plazo. Se requiere aprobar no la reforma políticamente posible, sino aquella que fortalezca el ingreso tributario y amplíe la base de contribuyentes, apuntaron e insistieron en dejar el impuesto sobre la renta como el único gravamen a las ganancias; un impuesto a los depósitos en efectivo sólo para los no contribuyentes y IVA generalizado.

Pedro Núñez dijo que la iniciativa deberá ser enviada por el Ejecutivo en cuanto inicie la próxima legislatura, para que sea aprobada y pueda entrar en vigor en 2010. Confió en que no se politice el tema, debido a que existe consenso sobre la necesidad de fortalecer los ingresos públicos.