Chihuahua, Chih., 21 de mayo. Veinte años de progreso profesional, económico y familiar se vinieron abajo en febrero, cuando Francisco Vélez fue despedido de la maquiladora Altec.

Su carrera de ingeniero industrial fue en ascenso desde que empezó como supervisor de línea de producción en la planta, instalada en la capital del estado a finales de la década de 1980.

La fabricante de arneses para automóviles lo envió a cursos de capacitación y especialización a sus plantas de Michigan, Estados Unidos, y Francisco escaló puestos hasta llegar a jefe de producción.

Con el ascenso vinieron recompensas económicas como un bono anual, seguro de gastos médicos mayores, una casa grande en una colonia elegante, un auto BMW para él y una camioneta para su esposa, vehículos que cambiaban cada dos años. Sus hijos ingresaron al Tecnológico de Monterrey y realizaron viajes de estudios al extranjero.

Pero todo empezó a cambiar en septiembre pasado, cuando se aplicaron los primeros ajustes salariales y paros técnicos, hasta que llegó la noticia del despido.

La liquidación que recibió Francisco, de 48 años de edad, no le permite sostener el nivel de vida al que está acostumbrada su familia. La menor de sus hijas apenas empezó el bachillerato.

Su esposa, Guillermina, decidió utilizar parte de la liquidación para abrir una especie de cocina económica que aún no genera ingresos suficientes para los gastos de la familia.

Se acabaron las reuniones de fin de semana, los viajes y otras comodidades. El flamante BMW está a la venta para solventar compromisos pendientes.