Los pueblos y comunidades amenazados con la destrucción y el despojo de sus tierras por los proyectos de construcción de las presas La Parota, en Guerrero; Paso de la Reina, en Oaxaca, y el Arcediano y El Zapotillo, en los altos de Jalisco, así como comunidades hostigadas y amenazadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Chiapas, Chihua- hua y Veracruz, solicitaron ayer en Los Pinos que el presidente Felipe Calderón los reciba en audiencia.

Las organizaciones sociales y civiles de Chiapas, Guerrero, Campeche, Oaxaca, Veracruz, Chihuahua y el Distrito Federal quieren exponerle de manera directa al titular del Ejecutivo federal las razones fundadas de nuestros movimientos y demandarle la cancelación definitiva de las presas referidas, porque han alterado la paz social en nuestras comunidades, las cuales están amenazadas por el desplazamiento que implicaría la ejecución de esos proyectos hidroeléctricos. Asimismo, exigimos el resarcimiento a los pobladores que ya han sido afectados por la presa El Cajón.

Después de entregar la misiva en Los Pinos, los representantes de las comunidades inconformes realizaron un mi- tin-plantón frente a las oficinas de la CFE, ubicadas en Paseo de la Reforma, mientras una comisión se entrevistó con funcionarios de la paraestatal para demandar que cesen los hostiga- mientos y las amenazas contra poblados y colonias de Chiapas, Campeche, Chihuahua y otros estados donde a los pueblos, sobre todo indígenas, les llegan recibos de pago por 12 mil y 18 mil pesos.

Nuestros hijos no tienen zapatos, no tenemos trabajo, no hay comida; si tuviéramos dinero, en lugar de pagar esos recibos, que de todo modos no juntaríamos tanto, mejor compramos comida para nuestros hijos, dijo Benito Hernández, de las comunidades de Chiapas.

En la carta que entregaron en Los Pinos, las organizaciones destacan que han recibido más de mil adhesiones a sus movimientos, y de ese total, 523 son firmas de apoyo de organizaciones civiles y sociales, incluidas 174 internacionales, y 690 son apoyos individuales.

En el manifiesto En defensa de nuestras tierras, el territorio y el agua, las organizaciones subrayan que a quienes dicen que nos oponemos al desarrollo les respondemos que si un proyecto no toma en cuenta la vida, la integridad de los pueblos, nuestros recursos naturales, y si no se basa en el derecho y la justicia, no es desarrollo. Nadie puede planear el despojo de comunidades enteras, donde viven los más pobres, para satisfacer sus intereses personales, Esto no lo aceptaremos de ningún modo.