Domingo 24 de mayo de 2009, p. 38
Profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) enviaron una misiva a las autoridades de la institución, en la cual demandan la reinstalación de los ocho jóvenes expulsados del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco.
El documento, firmado por Bolívar Echeverría, nombrado de manera reciente profesor emérito; Andrés Barreda, Alfredo Valverde, Magdalena Galindo y otros docentes –la mayoría de la Facultad de Economía–, fue dirigido al rector José Narro Robles; al director general del CCH, Rito Terán; al del plantel, Andrés Hernández, y a otros directivos.
Los académicos afirman que la conducta de los jóvenes expulsados –de quienes se resolverá su situación académica este lunes, en un diálogo con autoridades universitarias– está más cerca de la reconstrucción de la vida universitaria que de cualquier acto vandálico o de hostilidad
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El 23 de abril pasado los estudiantes realizaron una asamblea para analizar la reforma a la educación media superior instrumentada por la SEP, por lo que ocuparon un salón de clases. Ante ello, las autoridades del colegio los exhortaron a salir. Al no alcanzar un acuerdo la discusión derivó en violencia y resultó herido el director del CCH, aunque los alumnos denunciaron haber sido agredidos por policías y fueron remitidos ante el Ministerio Público.
Los maestros que signaron la misiva consideraron que las acusaciones de Andrés Hernández para que los estudiantes fueran expulsados son injustas y contrarias al espíritu y la legislación universitaria, pues carecen de veracidad y abundan omisiones serias en la descripción de los hechos
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Agregan que las autoridades han desestimado la versión de los jóvenes, lo que redunda en no mirar en su conjunto la situación real
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Critican que los directivos del plantel Azcapotzalco no hayan prestado un espacio a los estudiantes para discutir la reforma al bachillerato. Preservar la discusión significa la apertura de espacios, no el cierre de ellos. Es un error incriminar a los alumnos por la apertura de los espacios cuando la universidad ha abierto sus puertas para discutir temas de relevancia nacional, como la reforma energética o la contingencia sanitaria actual.
Los académicos dan fe de las acusaciones contra los jóvenes sancionados y aseguran que éstos fueron golpeados por los directivos del CCH. “La ‘persuasión’ y ‘convencimiento’ utilizados por las autoridades no fueron otros que la amenaza y la agresión.” Por ello solicitan a Narro reconsiderar la sanción a los ocho ceceacheros.