Cada día cada mexicano contribuye con algo de efectivo
a su fortuna, señala la revista
el más ávido multimillonario, según caracterización de The New Yorker
El premio Pulitzer Lawrence Wrigth da cuenta de negocios y algunas historias de intimidación
Viernes 29 de mayo de 2009, p. 31
Para muchos mexicanos la fortuna de Carlos Slim, de 35 mil millones de dólares es materia de orgullo, pero para muchos otros la forma en que el principal accionista de Teléfonos de México ha hecho crecer su riqueza simboliza lo que está mal en el sistema mexicano, expone la revista The New Yorker en un vasto perfil del empresario publicado en su edición del primero de junio.
La publicación, una de las más influyentes del mundo caracteriza a Slim como el más ávido multimillonario
y destaca que su extensa red de intereses empresariales, materializados en más de 200 empresas que operan en el país desde la telefonía a los restaurantes lo sitúa en un posición en que cada día cada mexicano contribuye con algo de efectivo para Slim
.
El extenso reporte de la publicación neoyorquina se ocupa sobre todo de relatar la forma en que el empresario fue construyendo su fortuna hasta antes de adquirir Teléfonos de México (Telmex) en 1991, durante la ola de privatización de empresas públicas en el gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Y también dedica una buena parte a preguntarse sobre las motivaciones para invertir en acciones y convertirse en acreedor de The New York Times, uno de los diarios de referencia en el mundo.
El autor del texto Lawrence Wrigth, un ganador del premio Pulitzer en 2007 cita a un prominente banquero de inversión en México
, que considera que existen dos formas en el país de ver a Carlos Slim: una como alguien que ha tomado ventaja del sistema pero que al mismo tiempo es un brillante hombre de negocios y que gestiona sus compañías muy bien y sin incurrir en excesos
. La otra manera en que es visto el empresario es como un intimidador
que le ha hecho mucho daño a México
.
Cita también, aunque sin identificar, al propietario de un diario que opina que el empresario ha logrado hacer fortuna debido a que las reglas en el país son que el hombre más fuerte es el que gana, y menciona que no hay un solo caso en el país de un empresario que esté en la cárcel por haber manipulado precios, o realizar prácticas monopólicas.
Carlos Slim declaró al autor del texto: por favor pregunten a mis críticos qué es lo que ellos han hecho por el país, cuantos empleos han creado; ¡oh, cómo me odian!
.
En la entrevista con The New Yorker el empresario asegura que no tiene negocios con ningún político. Otra de las fuentes consultadas por la revista -que es legendaria por el rigor que tiene para confirmar la veracidad de sus contenidos-, afirma que Slim es un producto del sistema, hasta que un día el sistema se convirtió en un producto de Slim.
Las formas de hacer negocio
También cita algunas formas que, según sus críticos, tiene para hacer negocios.
“Una tarde tuve una comida con un grupo de empresarios mexicanos. Todos tenían negocios con Slim o con alguna de sus compañías y ninguno de ellos quiso ser citado por su nombre. Uno aseguró que había sido directamente amenazado por empleados de Slim: ‘dos tipos vinieron a mi negocio y dijeron que si nosotros no desconectábamos nuestra red de microondas Telmex cortaría todas nuestras telecomunicaciones’”, escribió el autor.
Slim fue interrogado sobre la veracidad de este incidente y dijo al autor del texto que no lo recordaba pero pudo haber sucedido sólo si los empresarios estaban usando de manera no autorizada una conexión a la red de Telmex, para hacer llamadas telefónicas de larga distancia que quedaran registradas como locales.
Sobre la manera en que Carlos Slim ha tomado ventaja para hacer crecer sus negocios uno de sus ex empleados dijo a la revista que el empresario sólo ha usado la vía libre que ha tenido con el gobierno durante 20 años. si tu quieres llamar a eso brillante, es brillante
.
El perfil sobre Carlos Slim tiene como uno de los temas más atractivos la recreaciónde un encuentro, confirmado por el propio empresario, en que el presidente Felipe Calderón y su ex secretario de Comunicaciones, Luis Téllez ofrecieron a Carlos Slim eliminar la restricción legal para que Telmex participe en el mercado de televisión a cambio de que permitiera a sus competidores usar con un bajo costo la infraestructura de la compañía telefónica en las zonas más rentables del país. Después de una tensa reunión de más de dos horas en la residencia oficial de Los Pinos Slim rechazó la propuesta, bajo el argumento de que aceptarla sería destruir
a la compañía.