Grupos de asaltantes, equipados con armas de fuego y maquinaria pesada, roban cada vez más cargamentos de materias primas en México, como acero, café o frijoles, en un país ya golpeado por la cruenta guerra del narcotráfico.

Con las fuerzas de seguridad enfocadas en el combate a los cárteles de la droga, las bandas de asaltantes se han vuelto más osadas y sofisticadas, robando camiones y trenes para llevar los materiales industriales al mercado negro.

Altos Hornos de México (AHMSA), la tercer mayor productora de acero en el país, ha sido blanco de 40 robos desde enero de 2008, la mayoría en el desértico corredor entre las norteñas ciudades Monterrey y Monclova.

Esto no se daba antes, dijo Francisco Orduña, portavoz de AHMSA.

Bajar un rollo de 30 toneladas de un camión es complicado, no lo va hacer cualquiera, y que te compren esta cantidad de acero, tampoco te la compra cualquiera (...), tienen que estar muy bien organizadas, señaló.

La cámara de la industria acerera del país dijo que los robos al sector se dispararon 250 por ciento el año pasado, con 12 mil 500 toneladas robadas. Las pérdidas generadas en 2008 totalizaron 150 millones de pesos, y este año han continuado en el mismo tenor.

Los atracos elevan el costo de hacer negocios en México, al tiempo que las empresas contratan más guardias, consultores en seguridad y dispositivos satelitales para dar seguimiento a los cargamentos.

Estados Unidos, preocupado por una posible propagación de la violencia hacia su territorio, ha prometido millones de dólares para ayudar a México a combatir a los narcotraficantes, cuya violencia ha dejado alrededor de 2 mil 250 personas muertas en el año.

Según analistas, los ladrones podrían pertenecer a grupos que se desprenden de los cárteles en medio del caos.

La guerra interna ha causado que algunos grupos menores se desprendan para incursionar en otras actividades lucrativas del crimen organizado. Es una suerte de diversificación, dijo Bruce Bagley, especialista de la Universidad de Miami.

Robar cargamentos y cobrar a cambio de protección, o para evitar un secuestro, es todo parte de lo mismo. Una vez que pruebas este tipo de vida, es difícil regresar, agregó.

Usando información reunida por empleados de las empresas, ya sea sobornados o amenazados, los grupos conocen los itinerarios de los cargamentos, lo que les permite interceptarlos con tranquilidad.

Gerardo Bortoni, quien encabeza un grupo de camioneros en Monclova, dijo que los asaltantes venden los cargamentos a empresarios corruptos, mientras las autoridades se hacen de la vista gorda.

Se roban todo, se roban café, se roban el cacao, se roban pistaches, no hay un producto que no se roben, dijo. Ahora esto es muy común (...), ya tenemos miedo de manejar muchos productos, agregó.