Agustín Portillo inaugurará exposición en el Museo José Luis Cuevas
Mostrará medio centenar de retratos distorsionados o caricaturizados de personajes fotografiados en periódicos, revistas e Internet de los ámbitos político, empresarial y de la socialité
Sus cuadros son tragicómicos como nuestra era; destilan humor e ironía
, asegura Germaine Gómez Haro
Martes 9 de junio de 2009, p. 5
Una crónica social
del comportamiento de distintos sectores de las sociedades estadunidense y mexicana es el propósito del trabajo del artista plástico Agustín Portillo (DF, 1960), que se exhibe con el título América-México.
Integrada por medio centenar de obras, la muestra intenta confrontar y distinguir las diferencias o similitudes en el comportamiento de ambas sociedades.
Se trata de una serie de retratos distorsionados o caricaturizados de personajes captados fotográficamente en periódicos, revistas e Internet, de los ámbitos político, empresarial o de la socialité en el momento de divertirse, beber, bailar, reír o sencillamente posar para el pintor.
Exilio forzado
Según la investigadora Germaine Gómez Haro, Agustín Portillo se dio a conocer en la década de los 80 del siglo pasado vinculado al movimiento conocido como neomexicanismo.
En los años 90, el quehacer del artista dio un viraje hacia el denominado neopop.
En 1996 Portillo realizó una huelga de hambre en las afueras del Palacio de Bellas Artes, “por la dignidad del artista y con el propósito de denunciar las irregularidades que existían en ese momento en el ámbito cultural.
“Tras varios encuentros infructuosos y violentos con Sari Bermúdez, entonces titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, me di cuenta –recordó Portillo– que en materia de cultura el cambio que pregonaba (Vicente) Fox era mentira.”
Así que en 2001 Portillo se vio obligado a partir para Chicago, en una especie de exilio forzado
tras haber sido arrestado por pintarrajear Fox es un mentiroso
en un muro anexo a las oficinas del CNCA. Por conducto de la Secretaría de Relaciones exteriores me invitaron a salir del país
.
En Chicago, el artista desarrolló su primera serie de retratos. Durante aquel periodo se dedicó a observar las costumbres y comportamiento social de las clases media y alta, sus fiestas y divertimentos, imágenes extraídas de las revistas de sociales
. Esas pinturas las reunió con el título América.
Luego de obtener cierto reconocimiento en el país vecino por su trabajo pictórico, Portillo durante un viaje de México a Chicago, es “detenido en el aeropuerto O’Hare, de Chicago, porque como artista podría ser un criminal y me deportan, impidiéndome entrar a Estados Unidos por un periodo de cinco años”.
A su regreso
a México en 2005 inicia un proyecto similar al desarrollado en aquella ciudad estadunidense.
Realidad trastocada
Los cuadros de Portillo, apuntó Gómez Haro, “destilan humor e ironía en un léxico fino y elegante conseguido a base de trazos precisos y cuidados, en composiciones equilibradas y armoniosas, con base en una paleta estridente y colorida afín al lenguaje pop y a la tendencia kitsch.
Los rostros deformados por protuberancias son un recurso técnico para imprimir fuerza expresiva a sus personajes y extraerlos de la realidad, para luego regresarlos
.
Los cuadros de Portillo, continuó la especialista, son bellos y grotescos, buscan plasmar las ambigüedades del ser humano a partir de meras representaciones de una realidad trastocada. Sus pinturas son tragicómicas como nuestra era y seguramente arrancarán una sonrisa y más de una reflexión a los espectadores
, concluyó Gómez Haro.
(La exposición América-México ocupará tres salas del Museo José Luis Cuevas, Academia 13, Centro Histórico. La inauguración será este miércoles a las 19:30 horas.)