La riqueza que generan equivale a 57.7% del producto de México en un año, estima
Descarta análisis un regreso masivo de connacionales a causa de la recesión en ese país
Se observa que han ganado en nivel educativo y logran cierto ascenso social
Martes 9 de junio de 2009, p. 24
Los trabajadores mexicanos que laboran en Estados Unidos aportan 3.7 por ciento del producto interno bruto (PIB) de aquel país, una generación de riqueza equivalente a 57.7 por ciento del valor total de la producción de bienes y servicios de la economía mexicana en un año, según estimaciones del Grupo Financiero BBVA-Bancomer.
En otro aspecto, la institución descartó un regreso masivo de migrantes de Estados Unidos por la desaceleración económica de ese país, y consideró que su regreso dependerá en gran medida de la profundidad y extensión de la recesión. Sin embargo, hasta ahora no hay evidencias de un retorno masivo de connacionales porque su situación económica no sería mejor si vuelven a México. El desempleo ha sido un importante factor de expulsión de fuerza laboral mexicana.
Adolfo Albo, economista en jefe para México del BBVA-Bancomer, presentó el primer estudio sobre la Situación migración México, y explicó que no se está dando un regreso masivo de mexicanos debido al arraigo, pues generalmente viven con familiares o amigos, además de su flexibilidad a la hora de moverse entre sectores y regiones, y una mayor vigilancia fronteriza, así como por la falta de oportunidades en la economía mexicana.
En conferencia de prensa, Adolfo Albo, acompañado de Jorge Sicilia, economista en jefe para América Latina, y de Gustavo Lara, director de la Fundación Bancomer, destacó la importancia de la fuerza laboral mexicana en Estados Unidos.
Actualmente, los migrantes mexicanos de primera generación que residen en aquel país suman más de 11 millones de personas, equivalentes a 11 por ciento de la población que reside en México y a 64 por ciento de la fuerza laboral hispana en Estados Unidos.
Esta cifra adquiere mayor relevancia cuando se agregan los migrantes de segunda y tercera generación, que llegan a rebasar los 18 millones de personas, con lo cual se calculan en más de 30 millones los migrantes mexicanos en Estados Unidos de todas las generaciones.
La creación de riqueza de los migrantes mexicanos mediante su contribución al PIB de Estados Unidos se duplicó en los últimos 14 años, al representar 3.7 por ciento del PIB de ese país y 57.7 por ciento del PIB de México.
Los migrantes mexicanos que residen en Estados Unidos son relativamente jóvenes, su edad promedio es de 35 años, y se ha observado que son personas con mayor nivel educativo que ha logrado un cierto ascenso social. En 1994 el 63 por ciento de los migrantes no tenía más de 10 años de educación, mientras que en 2007 esta proporción se redujo a 47 por ciento. Por su parte, la proporción de migrantes con entre 10 y 12 grados de escolaridad pasó de 24 a 38 por ciento en los mismos años.
En tanto, la proporción de migrantes que recibía al menos 40 mil dólares al año se incrementó de 4 a 13 por ciento entre 1994 y 2007, y se redujo en los mismos años la proporción de aquellos que reciben menos de 10 mil dólares al año de 36 a 11 por ciento.
Informó que México ocupa el lugar número uno del mundo en la generación de migrantes, principalmente hacia Estados Unidos, y el tercer lugar en la recepción de remesas después de China e India.
Adolfo Albo estimó una caída en el flujo de remesas durante este año del orden de mil millones de dólares con respecto a los 25 mil 144 millones de dólares obtenidos en 2008. Los flujos de remesas hacia México son la segunda fuente de entrada de divisas del exterior y representan en promedio cerca de 50 por ciento de los ingresos corrientes de los hogares rurales que reciben estos recursos. Para algunas entidades como Michoacán, Zacatecas, Oaxaca, Guerrero e Hidalgo representan más de 10 por ciento del PIB estatal.
El estudio revela que la mayor emigración no proviene de los municipios con más pobreza, sino que tiende a concentrarse en los de pobreza media, debido a que los más pobres difícilmente pueden emigrar al exterior, ya que les es más complicado asumir los costos que ello implica.