América Latina
Martes 9 de junio de 2009, p. 27
Mucho se ha hablado de contagio económico en América Latina durante los meses pasados, conforme la región sufrió una aguda desaceleración de su crecimiento. Al mismo tiempo, muchos países latinoamericanos enfrentan otras amenazas a su bienestar: influenza A/H1N1 (denominada influenza humana) y dengue. Para las empresas, gobiernos y ciudadanos de la región, estas dos enfermedades empeoran los tiempos ya de por sí difíciles.
Al principio, el resto de América Latina no fue afectado por el virus de influenza humana que asoló a México desde principios de abril de 2009, aunque eso no evitó que el pánico se extendiera. Ahora, cuando la cifra global ha superado los 10 mil infectados, la enfermedad comienza a extenderse en la región, a través de Guatemala y Colombia, hacia el sur. Chile tiene ahora 24 casos, según informes oficiales, aunque no todos se reflejen en las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS, ver tabla), mientras Ecuador investiga 213 casos sospechosos. El número de casos, el de defunciones y el impacto económico siguen siendo más altos en México, donde el gobierno detuvo varios días la actividad comercial de la capital, y el temor a la enfermedad afecta de manera persistente a la industria turística del país.
El dengue ha recibido menos atención global, en gran parte porque hasta ahora no ha sido una amenaza para Estados Unidos y Europa. Transmitido por el mosquito Aedes aegypti, ha afectado históricamente las áreas tropicales de América Latina. Pero hace poco se ha extendido hacia el sur, a lugares tan lejanos como Buenos Aires, con clima mayormente templado durante casi todo el año. A principios de abril de 2009, los casos de dengue en Argentina aumentaron a más de 2 mil en 72 horas, lo cual encendió la alarma en el país entero.
La influenza humana agravará el daño económico ocasionado ya por la recesión global. Según el Banco Mundial, tres de cada cuatro empresas no están preparadas para enfrentar una pandemia de A/H1N1, que podría costar más de 800 mil millones de dólares (mdd) en sólo un año. La propagación del SARS (síndrome respiratorio agudo severo) a principios de la década proporcionó la primera advertencia sobre el riesgo de un contagio global. El brote costó 40 mil mdd a las economías de la región del Pacífico asiático, donde hubo 8 mil infectados.
La influenza humana ha devastado ya al sector turístico mexicano, que genera 13 mil mdd en divisas al año. Sólo en la ciudad de México las pérdidas económicas se estiman en 8 mil millones de pesos (unos 609 mdd). El 5 de mayo, el gobierno mexicano anunció una serie de incentivos fiscales y otras medidas de emergencia que ascienden a 27 mil 400 millones de pesos (2 mil 100 mdd) para ayudar a pequeñas empresas a sortear los efectos económicos de la influenza que, en su pico, costó a las empresas más de 50 mdd diarios. Un subsidio fiscal incluyó una reducción de 20% sobre las contribuciones al sistema de seguridad social durante un periodo de dos meses.
Aunque otros países latinoamericanos han reportado relativamente pocos casos de influenza hasta ahora, la alarma cunde en algunos. Muchos han tomado medidas como controles sanitarios en aeropuertos y fronteras, así como campañas de salud pública. En el pico del brote, Argentina (un caso, cero defunciones) irritó a las autoridades mexicanas cuando canceló vuelos comerciales a y desde México y envió un avión gubernamental con equipo sanitario para recoger a viajeros argentinos varados.
Ecuador (un caso, cero defunciones) observa estrechamente a 100 personas que estuvieron en contacto con un joven infectado que el 10 de mayo llegó proveniente de Miami. El gobierno ecuatoriano respondió con un decreto presidencial que declaró un estado de excepción
para movilizar las fuerzas armadas y los servicios de salud pública, y tener recursos disponibles en caso de un brote. Por precaución, Guatemala (cuatro casos, cero defunciones), que comparte una frontera de 900 kilómetros con México, canceló un maratón que se llevaría a cabo el 17 de mayo con 3 mil 500 atletas de todo el mundo. El 9 de mayo, Costa Rica (20 casos) registró la primera muerte reportada en la región, fuera de México.
Sin embargo, para Argentina el dengue es la peor amenaza que se cierne sobre sus habitantes. En 2008, hubo casi 584 muertes asociadas con la forma más severa de esta fiebre en el continente americano; 84% más que el año anterior, de acuerdo con la Organización Panamericana de Salud. Desde fines de mayo de 2009, hay 24 mil 883 casos confirmados en Argentina, lo cual representa una carga económica sobre el sistema de salud del país y la sociedad en general.
Según un estudio difundido por la Universidad Brandeis, el dengue costó a las economías de Brasil, El Salvador, Guatemala, Panamá, Venezuela, Camboya, Malasia y Tailandia, en su conjunto, 587 mdd por año entre 2001 y 2005, sólo por lo que hace a casos confirmados. Si se amplía la investigación a casos sospechosos en estos ocho países, la cifra podría incrementarse a mil 800 mdd. Y es probable que los efectos económicos reales sean más altos, ya que los informes oficiales tienden a subestimar el número de personas infectadas.
El estudio también concluyó que cada caso de dengue cuesta 514 dólares por atención de pacientes externos y mil 394 dólares por hospitalización. Estas cifras no consideran los gastos de familiares que dejan el trabajo o la escuela para cuidar a los enfermos, el impacto sobre el turismo o los gastos gubernamentales en programas de prevención o fumigación. En el norte de Argentina, el área más afectada por el dengue, se estima que el turismo disminuyó casi 50% durante las vacaciones de Pascua.
Tras años de crecimiento sostenido, los países latinoamericanos habían aceptado el hecho de que la crisis financiera global habría de afectarlos. Pero las dos enfermedades que asuelan la región han hecho incluso que las previsiones modificadas parezcan demasiado optimistas. Economist Intelligence Unit pronostica ahora que la economía de Argentina se contraerá 3.5%, y la de México 5-6 % en 2009. Impelida por la severidad del brote de influenza y el pánico internacional, la reacción del gobierno mexicano ha sido rápida y decidida. El gobierno argentino ha sido más lento en reaccionar. Con la disminución de recursos fiscales y su atención en las próximas elecciones parlamentarias de junio, no ha hecho mucho más allá de financiar campañas de salud pública.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya