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México

¿Se salvará la industria automotriz?
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Planta de General Motors en CoahuilaFoto José Carlo González
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Periódico La Jornada
Martes 16 de junio de 2009, p. 28

La enorme industria automotriz de México se tambalea luego de que la producción de vehículos cayó 42% durante el primer trimestre de 2009 en comparación con el de 2008. Aunque las ventas domésticas han descendido en una cifra similar, la verdadera razón de esta crisis es la dramática disminución de las exportaciones a EU. Ahora, el gobierno prepara un plan de rescate de la industria para los próximos meses, con la esperanza de que se recupere a largo plazo.

En abril, las noticias empeoraron para los fabricantes en México: la producción automotriz cayó 46.6% en comparación con el año anterior, a 100 mil 421 vehículos. Según estadísticas de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), durante el mes las exportaciones descendieron 41%, a 85 mil 121 unidades, y las ventas domésticas 38%, a 51 mil 394 unidades.

La asociación afirma que es natural que abril de 2009 haya sido peor que el de 2008 debido a las vacaciones de Semana Santa, lo que implicó menos días laborables y ventas más bajas. Más importante, sin embargo, fue el brote de influenza humana, que provocó el cierre de toda la industria no esencial y mantuvo a las personas en su casa durante casi una semana.

No obstante, abril de 2009 no es sólo un bache causado por la Pascua y la crisis de influenza. Incluso la AMIA admite que la crisis sigue afectando a la industria automotriz mundial, apremiada por las dificultades financieras y económicas que experimentan la mayoría de las economías del mundo. Los niveles anualizados de producción durante los cuatro primeros meses de 2009 son 42% inferiores a los del año anterior, en 392 mil 221 vehículos. Esto refleja casi exactamente la caída en exportaciones y rebasa el descenso de 29% en ventas domésticas en el mismo periodo.

El hecho de que exportación y producción hayan caído en proporciones casi iguales no es ninguna coincidencia, puesto que México depende de sus exportaciones y casi siempre ambas cifras son reflejo una de la otra. En abril, por ejemplo, se exportó 85% de la producción de vehículos del país, en tanto que alrededor de 60% de los nuevos autos que se venden en México son importados. De manera lamentable para el país, su socio comercial número uno es EU, que ha engullido 73% del total de vehículos fabricados en el país en lo que va de año.

Por tanto, la contracción de 37% del enorme mercado estadunidense de vehículos ligeros durante los cuatro primeros meses del año ha sido catastrófica para las plantas automotrices de México. La recesión y la infame restricción crediticia son los motivos más obvios, pero la revaluación del peso mexicano contra el dólar es otra desafortunada dinámica en la mezcla. AMIA pronostica ahora que la producción de vehículos caerá entre 20 y 25% en 2009, si se compara con 2008. De ser cierto, esto implicaría un inminente incremento de los niveles de producción.

Esperanzas a largo plazo

Hay varias señales que respaldan esta previsión. Ante todo está el esquema de incentivos para fomentar las ventas de automóviles nuevos: dinero por tu auto viejo, que podría ser presentado en EU el mes próximo. La introducción de este programa, que aún se encuentra pendiente de aprobación por el Congreso, podría provocar un aumento de las exportaciones de vehículos mexicanos, sobre todo en los primeros días, conforme los clientes compitan por aprovechar las ofertas.

Por otra parte, algunos políticos mexicanos trabajan por su cuenta en un plan de apoyo que financiaría Nafinsa. De ser aprobado, este plan otorgaría financiamientos a todos los fabricantes que tienen plantas automotrices en México, como General Motors (GM), Nissan, Volkswagen (VW), Ford y Chrysler, con el objetivo de mantener sus fábricas en operación en esta época de ventas globales sumamente lentas.

El gobierno mexicano cree que es más benéfico para la economía en general proporcionar ayuda a la industria que fomentar las ventas, debido a la enorme cantidad de autos importados que se venden en México. Aun así, hace poco el gobierno redujo las tasas de interés por quinto mes consecutivo, lo que debería estimular la demanda doméstica.

Puesto que el sector automotriz y de autopartes representa más de una sexta parte de la producción manufacturera total del país, es evidente por qué el reciente deterioro de los niveles de producción ha causado tal preocupación. El hecho de que GM y Chrysler, ambas bajo la protección de bancarrota, operen plantas que fabrican camiones en México, causa preocupaciones más inmediatas.

La ventaja es que México está bien posicionado para permanecer como un emplazamiento manufacturero competitivo a largo plazo por muchas razones, en especial debido a una mezcla de producción favorable que incluye el Ford Fusion, el Jetta de Volkswagen y el Versa de Nissan. Así que el hecho de que la mayoría de las plantas de producción de vehículos de México (con excepción de Chrysler y GM) fabriquen carros compactos y de turismo, en vez de vehículos utilitarios deportivos (SUV por sus siglas en inglés), coloca al país en situación favorable para atender las cambiantes necesidades del mercado estadunidense de vehículos durante los años venideros. Incluso GM y Ford han considerado a México como uno de sus centros producción de vehículos para Norteamérica, lo que ha significado un importante impulso para la industria del país.

Además, EU no es el único importador de vehículos mexicanos. Desde hace algún tiempo los fabricantes locales han tratado de diversificar sus exportaciones: VW envía más autos a Europa, y Nissan a Asia. Hay sin duda tiempos difíciles por delante, conforme los mercados automotrices del mundo se reponen poco a poco de la crisis. Pero parece que podría contarse con la industria automotriz mexicana cuando, tarde o temprano, suceda una recuperación global.

Fuente: EIU

Traducción de textos: Jorge Anaya