Pretoria, 21 de junio. Brasil se dio un festín de 3-0 y puso a bailar samba a los malencarados campeones del mundo, a quienes asestó tres goles en nueve minutos. Ninguna esperanza quedó para el orgulloso pero inoperante calcio, pues en el otro partido del grupo Estados Unidos goleó a Egipto, e Italia se fue de la Copa Confederaciones con las manos vacías.

En duelo realizado en el Loftus Versfeld Stadium, Luis Fabiano, atacante del Sevilla, de España, fue la figura con dos anotaciones: abrió el marcador en el minuto 37, anotó el segundo en el 43, mientras el zaguero Marco Dossena cometió un autogol, al 45.

Con este tercer triunfo al hilo, los pentacampeones del orbe terminaron la primera fase con nueve puntos, para clasificar de forma perfecta a semifinales, en primer sitio del sector B.

Los pupilos de Marcello Lippi sumaron su segundo descalabro y quedaron fuera de la competencia, al quedarse con tres unidades, misma cifra que contabilizaron Egipto y Estados Unidos, sólo que el representante de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol los superó por haber convertido un gol más, cuatro a tres, aunque terminaron con igual diferencia de –2.

Dos tarjetas amarillas

El árbitro central mexicano Armando Archundia tuvo una buena labor en su segunda actuación en este certamen. En cuanto a tarjetas, sólo mostró dos preventivas, a los italianos Giorgio Cellini y Marco Dossena.

Fue un partido intenso en sus primeros momentos, aunque controlado por Brasil, que dispuso de las mejores ocasiones de gol a partir del balón enviado al poste por Ramires, a los siete minutos de juego.

Italia no conseguía que el esférico llegara a sus delanteros. Ni Luca Toni, ni Iaquinta, quien fue sustituido antes del descanso, tuvieron opciones, ya que el único disparo a la portería brasileña en el primer periodo fue lejano y sin puntería, de Camoranesi, al minuto 28.

Los brasileños estrenaron el marcador a nueve minutos del descanso, pero se fueron al vestuario con tres goles de ventaja. Luis Fabiano en dos acciones de calidad y Dossena, en propia meta, en una acción de mucho peligro del equipo brasileño.

Tras el descanso, el partido fue de ida y vuelta, con ataques ante las porterías, pero con más sensación de peligro en las acciones de Brasil que en las de los italianos.

El encuentro perdió intensidad por la amplitud del marcador y, aunque los sudamericanos encontraban espacios para el contragolpe, algunos jugadores hacían demasiado la guerra por su cuenta.

Italia, pese a jugar más al ataque que en el primer periodo, daba la impresión de que sus aproximaciones a la portería de Julio César, quien se vio obligado a realizar alguna buena parada, eran más voluntad de los brasileños que consecuencia de su poder ofensivo.

Todo ello hasta que llegó el momento de estar pendiente del otro partido, en el que Estados Unidos ganaba a Egipto, por lo que la azzurra pisó aún más el acelerador, pues un gol podía servirle para clasificarse, pero el tanto del honor nunca llegó.

De esta manera, Brasil se enfrentará al anfitrión Sudáfrica y Estados Unidos a España.