Miércoles 24 de junio de 2009, p. 22
Representantes de iglesias cristianas evangélicas demandaron ayer al presidente Felipe Calderón que se emprendan acciones contundentes para cesar la proliferación de actos de intolerancia y discriminación religiosa contra de integrantes de ese credo, así como la creación de una fiscalía especial para atender estas situaciones, y así quitarle discrecionalidad al actuar de algunos alcaldes, síndicos y hasta gobiernos estatales a la hora de dirimir dichos asuntos.
Ante los dirigentes religiosos, Calderón reiteró la vocación laica del Estado, lo que garantiza que no puede ni debe tomar partido a favor o en contra de religión alguna.
A diferencia de las reuniones públicas que el michoacano tuvo con la comunidad judía y tendrá hoy con la libanesa, ayer comió en privado en Los Pinos con 35 líderes cristianos evangélicos. Participaron también el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont; el subsecretario de Migración, Población y Asuntos Religiosos, Alejandro Poiré Romero; el titular de la Oficina de Asuntos Religiosos, Paulo Torta; cinco legisladores, así como la esposa del mandatario, Margarita Zavala.
En entrevista, Moisés Valderrama, obispo de la Iglesia metodista de México, precisó que la creación de una fiscalía especializada para perseguir actos de intolerancia y discriminación religiosa, dependiente de la Procuraduría General de República, sería un gran avance, porque en muchas oficinas municipales no comprenden los efectos de la intolerancia y desde esa perspectiva menosprecian a los cristianos evangélicos
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Diálogo con todas las confesiones
El Presidente, quien en su momento fue cuestionado por algunas iglesias evangélicas por haber exaltado su fe católica en el Encuentro con las Familias, señaló que el carácter laico del Estado, además de asegurar la imparcialidad de las instituciones públicas e indicar el carácter no confesional del mismo, exige del gobierno una postura respetuosa, abierta y dialogante con todas las expresiones religiosas, según un comunicado de Los Pinos.
Sobre la intolerancia y la discriminación, Calderón reconoció la existencia de estos actos, los cuales, según estas iglesias, suman durante su administración 90, y se comprometió a trabajar en el asunto, para que en el país exista una verdadera tolerancia y mayor respeto entre los profesantes de los diferentes credos. En suma –precisó Valderrama–, lo reconoció como un pendiente y dijo que se trabajará en ello.