El presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), Édgar Elías Azar, reconoció que la mala percepción que tiene la ciudadanía del poder judicial se debe a que los jueces, tanto a nivel local como federal, tenemos la cara sucia, no de ahora, sino históricamente, por lo que dijo su principal objetivo al frente de este organismo y del Consejo de la Judicatura de la ciudad es cambiar dicha imagen.

En entrevista, sin mencionar nombres, señaló que hay varios juzgadores que son investigados por diversas irregularidades como ejercicio indebido de la función pública, acoso sexual y hasta uno “que llega con sus copitas todos los días.

Hay quienes dicen que todo está muy bien y muy bonito, que todo está funcionando, que está muy claro y es transparente, pero esa no es la percepción de la ciudadanía, señaló el magistrado, quien reiteró que tenemos la cara sucia y tenemos que aprender a lavarla, de ahí la necesidad de cambiar esta percepción de la ciudadanía, por lo que debemos dictar sentencias claras, impulsar las reformas legislativas, para tener una justicia más expedita.

Dijo que en lo que va de este año dos jueces han tenido que abandonar el tribunal por diversas irregularidades, aunque no quiso revelar de quiénes se trataba ni de qué se les acusa, además de que no pueden ser procesados porque las pruebas no son del todo contundentes.

Por otro lado, dijo que se ha incrementado demasiado la carga de trabajo de los jueces, por lo que se pronunció por otorgar mayores recursos a los poderes judiciales locales, pues 90 por ciento de los juicios los llevan a cabo las entidades federativas, lo cual no se ve reflejado en el presupuesto.

El reto es lograr la autonomía financiera, pero como podemos aspirar a eso cuando nos están quitando el 30 por ciento de participaciones (federales), ni modo que los órganos (autónomos) van a estar con su presupuesto completo y el gobierno central con el 30 por ciento menos, es un absurdo que nadie entiende, expresó el magistrado.

También se pronunció por alcanzar una mayor coordinación con el Poder Judicial de la Federación, pues existe una gran confusión entre las instancias locales y federales, que se ha convertido en un juego de palabras y galimatías tremendo.