Alguien del público preguntó a la joven Mira qué ha aprendido de su padre, el cineasta canadiense Peter Wintonick. Ella respondió: Que tengo que usar trípode... Pero, sobre todo, simplemente he aprendido de él una ética de trabajo, no necesariamente cosas técnicas.

Una ética de trabajo, principios bajo los cuales actuar; es decir, una visión particular del mundo que se refleja en la obra. Estos son algunos de los temas que se abordaron este jueves en la primera jornada del encuentro internacional de cine documental Escenarios, organizado por el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).

Ah, y también, la importancia del humor. Creo que la comedia es la forma más subversiva de expresarse, dijo Wintonick. Pero de unos 400 documentales que ve cada año (trabaja en numerosos festivales), sólo unos tres tienen humor.

También dijo que en el mundo del documental hay una explosión de creatividad, para empezar, porque cada vez hay más acceso a herramientas y se reduce el costo de hacer una cinta. Sin embargo, de las 400, sólo unas cuatro son maravillosas: Veo problemas en cómo contar las historias.

Declaración de doctrinas

Se proyectó (por primera vez en el hemisferio occidental, aparte de una versión para televisión hace unos días en Canadá) el documental Pilgrimage, filmado por Peter y Mira Wintonick, que es varias cosas a la vez: un recorrido por algunos referentes geográficos relacionados con la cinematografía mundial, que han marcado su vida.

Buena parte de la riqueza del documental proviene de las reflexiones de estos dos personajes que miran cada uno desde su generación. Es, también, un entrañable viaje de padre e hija, donde destaca, de nuevo, la ética y sus maneras de ver el mundo. Todo contado con enorme sentido del humor.

Viajan al pasado y al futuro: a Kansas, el estado natal de Dorothy; a la mansión de Charles Chaplin; al pueblo natal de Federico Fellini; sentados en una banca verde, esperan a Jean-Luc Godard; visitan las instalaciones de CERN, en la frontera suiza; hablan con Franny Armstrong, quien filmó McLibel, sobre un sonado caso contra McDonalds, y Drowned out, sobre la oposición a una presa en India.

Antes de la proyección, el cineasta habló sobre sus credos. Tienes que crear tu propio manifiesto, una visión del mundo, un estilo de autor, dijo, al referirse sobre todo a los numerosos estudiantes en la sala.

Wintonick planteó los puntos de su particular manifiesto:

–Honra a quien o a lo que te inspiró. En su caso, por mencionar dos ejemplos, Nelson Mandela y las manifestaciones contra la guerra en Vietnam.

–Estudia historia del cine y adopta mentores cinematográficos. Para él, entre otros, Fellini, Chaplin, Godard, Michael Moore y Werner Herzog.

–Hacer documental es una empresa ética. Mencionó la existencia del Proyecto de Código Verde, que busca reducir el impacto ambiental de la industria cinematográfica y de los medios (http://greencodeproject.org).

–Hacer un documental implica ser alfabeto del medio. Tenemos que aprender a leer y a escribir con luz.

–La vida es política.

–Los documentales pueden cambiar el mundo.

Pero advirtió que siempre hay que mantener en mente que el documental es cine, oficio, arte y forma, y mostró un cartel que decía: El arte es alimento: no te lo puedes comer, pero te alimenta.

Dijo que nunca hay que olvidar al público: Creo que es inútil hacer películas para uno mismo.

–Crea el futuro. Haz tuyas las nuevas tecnologías. Habló sobre la Generación D (digital) y sobre cómo proliferan los documentales híbridos, que mezclan ficción y realidad.

Escenarios se lleva a cabo en el CCC. Entrada libre. Cenart, Tlalpan esquina Río Churubusco. 4155-0090. También hay funciones en la Cineteca Nacional. www.elccc.com.mx/joomla/