Opinión
Ver día anteriorViernes 3 de julio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Homicidio de 48 niños resuelto con chivos expiatorios

Protección y privilegio para los del círculo cercano al poder

C

uatro noticias: la buena, que el juez décimo de distrito en Sonora negó el amparo de la justicia a un cuarteto de dueños de la guardería ABC de Hermosillo. La mala, que la reciente promesa (caiga quien caiga) del inquilino de Los Pinos no incluye (obvio es) a sus funcionarios involucrados, como Juan Molinar Horcasitas. La peor, que en medio del peloteo político-electoral Daniel Karam, no sin el consentimiento de Felipe Calderón, se pasa por el arco del triunfo la Ley de Transparencia y Acceso a la Información y bajo mil candados mantiene el inventario de beneficiarios con la subrogación de guarderías; y la aberrante, que el oportunista tope donde tope del salvador de la humanidad garantiza la libertad bajo fianza a los inculpados (no obstante el homicidio de 48 niños y las heridas causadas a otros 40), quienes tardarán más en firmar el cheque correspondiente que en abandonar las instalaciones del Ministerio Público, si es que algún día los cita la autoridad.

Si el control de daños del burro y autoritario de Bours fue pésimo, por no decir inexistente, el de Calderón resulta verdaderamente desastroso y ruin, como si el homicidio de 48 niños no fuera razón más que suficiente para actuar de inmediato. Entre otras gracias, ha protegido y privilegiado a su círculo íntimo, ocultado información, retrasado las investigaciones para que los resultados no le complicaran (aún más) el asunto electoral, convirtió las averiguaciones en un pleito de cantina (con el abogado corporativo que despacha en Gobernación como cabeza de pandilla), dio tiempo más que suficiente para que los inculpados cercanos a la first lady tomaran el avión hacia lugares más seguros y dispuso la fabricación de chivos expiatorios para desviar la atención. Y a casi un mes de la tragedia en Hermosillo, nada.

El verdadero caiga quien caiga, más el tope donde tope, quedó perfectamente armado desde el pasado 10 de junio: “las investigaciones sobre el incendio ocurrido en la nave industrial que albergaba dos bodegas de la Secretaría de Finanzas del estado de Sonora y la guardería ABC, revelan que se trató de un hecho ‘no intencional’ generado por el sobrecalentamiento de un aparato de enfriamiento de aire. No obstante, podrían configurarse delitos como lesiones y homicidio culposos, daño en propiedad ajena, ejercicio indebido del servicio público y uso indebido de facultades. (Pero de cualquier forma) en caso de que alguna persona resultara responsable de esos ilícitos, podría alcanzar libertad bajo fianza porque no están tipificados como graves”, según precisión del procurador General de la República, Eduardo Medina Mora.

Como para demostrar que sí vamos en serio, aparecieron los nombres de los propietarios de la ABC, ahora indiciados (los cuales no hizo públicos Medina Mora en su conferencia de prensa, pero sin duda filtró a los medios), con la prima incómoda a la cabeza: Marcia Matilde Gómez del Campo Tonella, Antonio Salido Suárez, Alfonso Cristóbal Escalante y Sandra Lucía Téllez Nieves (los mismos que desde el 5 de junio por la tarde se conocieron y mantuvieron legalmente incólumes a lo largo de casi un mes, es decir, hasta cuatro días antes de las elecciones). Además, los socios Gildardo Urquídez Serrano y Fernanda Camou Guillot; Marcelo Meouchi (ex apoderado legal); Norma Mendoza Bermúdez (arrendadora del predio y bodegas donde se instaló la guardería); José Matiella Urquídez (actual apoderado legal), también conocidos desde el día del incendio, quienes deberán sacar la chequera, pagar la fianza e irse a casa.

Oficialmente esos son los indiciados, pero ¿y la responsabilidad de los altos funcionarios del IMSS, los que privatizan y deciden quién sí y quién no es feliz beneficiario de una jugosa subrogación, sea ésta de guarderías o de cualquier otro servicio público? A buen resguardo, entre algodones, no vaya ser la de malas que se vayan de boca, como Juan Molinar Horcasitas, Carla Rochín Nieto (amigocha de la first lady) y Daniel Karam, que debe estar feliz por el nombramiento que en marzo pasado le dio el inquilino de Los Pinos. Por cierto, a este último personaje ya lo citaron, en segunda llamada, para que comparezca ante los diputados. Se supone, y sólo es eso, que llegará a la cita (16 de julio, 11 días después de las elecciones; ¿acaso fue prima incómoda a cambio de retrasar comparecencia e inventario?, tal vez) con los nombres de los beneficiarios subrogados con guarderías públicas, uno de los negocios privados que mayor incremento reportó en el sexenio foxista (y esa era la intención con Calderón), obvio es que a costillas del erario. Pero de ellos nada, que para eso existen los chivos expiatorios y los parientes con gruesa chequera para cubrir una y mil fianzas, si fuera necesario.

Ernesto Zedillo, el amigo de Calderón (según declaración del inquilino de Los Pinos en Davos, en febrero pasado) fue el feliz privatizador del esquema de guarderías del IMSS, entre otras tantas cosas, y se dio gusto otorgando las concesiones. Pero llegó Vicentico, y a los chiquillos y chiquillas del país les privatizó casi 700 guarderías del IMSS, mientras el número de las correspondientes al Instituto permaneció sin movimiento alguno. De acuerdo con las propias cifras del organismo público que hoy tan dignamente encabeza Daniel Karam, con Fox en Los Pinos (es un decir) cada tercer día de gobierno se subrogó a particulares una guardería pública, de tal forma que el 91 por ciento de esos establecimientos fueron cedidos a particulares (amigos y familiares, de preferencia). Y el calderonato ha seguido por la misma vía (especialmente las estancias infantiles de Sedesol, hasta que alguien les apestó el negocio).

Pero, ¡sorpresa!, resulta que ni un sólo funcionario de primer nivel tiene responsabilidad alguna en todo esto, y que nadie sabe dónde están los contratos, con nombre y apellido, de las cerca de mil 500 guarderías subrogadas a la fecha. Y eso simple y sencillamente se llama impunidad.

Las rebanadas del pastel

Que los signos alentadores para la economía mexicana no son otros que la recuperación de la economía gringa, dicen en Los Pinos. Pues bien, allí les va otro signo alentador: en junio, la tasa de desempleo abierto en Estados Unidos se incrementó a 9.5 por ciento de la PEA, la mayor en 26 años, de acuerdo con el Departamento del Trabajo de aquel país. Casi medio millón de plazas laborales canceladas en el mes. ¿No es alentador?