San Cristóbal de las Casas, Chis., 2 de julio. Conforme pasa el tiempo y parece más inminente el arranque del proyecto de desarrollo turístico impulsado por los gobiernos federal y estatal para unir en un corredor a las ciudades de Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas y Palenque, más comunidades indígenas van manifestando su rechazo.

Ocurre desde el kilómetro cero de la autopista, en la comunidad tzotzil de Mitzitón, que sería partida a la mitad y ya dijo que no permitirá las obras. Lo mismo han acordado las asambleas de algunos de los siguientes ejidos afectados, como Los Llanos (de San Cristóbal, igual que el anterior), o Chempil y López Mateos (Oxchuc), entre otros.

El conflicto larvado pero no resuelto en torno a las cascadas de Agua Azul ha despertado la resistencia de las comunidades zapatistas en los municipios autónomos Comandanta Ramona y La Paz, de los caracoles de Morelia y Roberto Barrios.

Los siete campesinos presos desde abril, originarios de San Sebastián Bachajón y adherentes de la otra campaña, son parte de esta resistencia. En dicha región la estrategia de contrainsurgencia es muy activa. Las autoridades cobijan grupos oficialistas reiteradamente señalados como paramilitares, particularmente la Organización para la Defensa de los Pueblos Indígenas y Campesinos (Opddic) y miembros de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao).

Hay inversión pública estatal y federal veladamente dirigida a dividir y confrontar las comunidades. Programas como Procede y Oportunidades, inspirados por el Banco Mundial, se suman a una militarización constante, que por cierto en semanas recientes ha devenido más visible en torno a Palenque y hasta las inmediaciones de Temó (Chilón).

Mientras la resistencia es criminalizada, pero crece, el gobierno celebró en junio la próxima construcción del aeropuerto internacional de Palenque, extremo opuesto del kilómetro cero de Mitzitón, y candidato a elefante blanco como otros de su tipo en Monte Albán (Yucatán), Corazón de María y el desaparecido Llano San Juan.

Hay un Chiapas distante del indígena. En él los planes están en efervescencia. A finales de junio, la dirección de desarrollo turístico municipal de Tuxtla Gutiérrez anunció que la Organización Mundial de Turismo (OMT) concluyó el diagnóstico del proyecto Chiapas 2015. Jorge Trujillo Rincón, titular de la dependencia, informó a la prensa local que el estudio define un plan estratégico para impulsar un corredor turístico internacional que atravesaría cuatro municipios más hasta llegar a Palenque, en el que no son consideradas las comunidades indígenas.

Trujillo Rincón nombró los municipios que integrarían el corredor internacional: Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo, Comitán, San Cristóbal de Las Casas y Palenque.

La investigación de la OMT establece los lineamientos que tendrán que llevar a cabo esos cinco municipios, así como las adecuaciones y mejoras que permitan motivar el mayor número de turismo de corte internacional. El funcionario agregó que el proyecto Chiapas 2015 contempla un plan de competitividad, así como catálogo de productos y servicios que favorezcan el desarrollo turístico de la entidad.

Que se ignore a los municipios indígenas que padecerán el trayecto, quién sabe si es buena o mala noticia para las comunidades que serían invadidas por el corredor en forma de autopista de cuota, centros ecoturísticos, estacionamientos, hoteles y demás. Los municipios tzotziles, tzeltales y choles de Huixtán, Oxchuc, Ocosingo, Chilón, Salto de Agua, Tumbalá, y el San Cristóbal rural, no aparecen considerados en el banquete de las cinco ciudades (que no municipios) invitadas a Chiapas 2015.