Tras 45 días de campañas políticas y tres de veda para reflexionar el voto, poco más de 7 millones 300 mil ciudadanos en el Distrito Federal están convocados a participar en la elección para definir a quienes serán sus gobernantes en las jefaturas delegacionales y sus representantes en la Asamblea Legislativa durante los próximos tres años.

En total, 114 candidatos a delegados y 308 a diputados locales por ocho partidos políticos competirán en esta elección en la que, además del abstencionismo, que en procesos intermedios como éste es mayor a 50 por ciento del padrón, deberán enfrentar los efectos de movimientos ciudadanos y líderes de opinión en favor del voto nulo o en blanco, como muestra de malestar en contra de la clase política.

La elección tendrá como novedad el uso de urnas electrónicas en 40 secciones electorales, una en cada uno de los 40 distritos en que se divide la capital, de un total de 12 mil 488 casillas que instalará el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), entre básicas, contiguas y especiales, con 37 mil 470 ciudadanos que participarán como presidentes, secretarios y escrutadores.

No faltaron quejas, impugnaciones y denuncias ante autoridades electorales y penales de candidatos y partidos contra sus adversarios, como al interior de los partidos por pugnas internas e inconformidad con los procesos de elección. El IEDF recibió más de medio centenar de quejas en estos 45 días y seis llegaron al Tribunal Electoral local (TEDF).

En la geografía política actual, el PRD tiene 14 de las 16 delegaciones, salvo Benito Juárez y Miguel Hidalgo en manos del PAN, y 36 de los 40 distritos electorales, exceptuando el 14, 17, 20 y 27, también panistas; ante lo cerrado de las contiendas en ambas demarcaciones, están en lo que se considera focos rojos, junto con Coyoacán (en particular los Culhuacanes), Cuajimalpa e Iztapalapa, en las que se pueden generar roces.

Así lo han reconocido el gobierno capitalino y los partidos políticos, que ubican dos puntos críticos más: zonas habitacionales militares, por inasistencia de los funcionarios de casilla, como ha ocurrido en anteriores elecciones y colonias de alta incidencia delictiva, como Tepito y la Obrera, en Cuauhtémoc, y la Pensil y la Anáhuac, en Miguel Hidalgo, lo que inhibe la participación.

Ante este panorama, los representantes de los partidos y el gobierno buscarán desactivar al instante los conflictos que se presenten y sólo en casos extremos solicitar el apoyo de la fuerza pública, no sin antes consultar al IEDF.

En Iztapalapa, para evitar acarreos, compra, coacción e inducción del voto, ciudadanos vigilarán la elección equipados con cámaras de video y fotográficas y playeras que los distinga como cuidadores de la elección, quienes recorrerán las dos mil 500 casillas que se instalarán en la delegación, coordinados por el politólogo José Fernández Santillán y el sociólogo Enrique González Casanova.

Mientras, la perredista Clara Brugada, cuya candidatura fue sustituida por la de Silvia Oliva por mandato judicial, denunció que Nueva Izquierda emprendió un operativo que incluye amenazas de despido a trabajadores de la demarcación, dinero y despensas a cambio del voto, que operará mediante menores de edad.

Más denuncias de anomalías

El PRD-DF exhibió la factura que una agencia de medios extendió al PAN, sellada por el área administrativa del Comité Directivo Regional en el DF, por la contratación de impresiones de banners y cubos en Noticieros Televisa y que a decir del secretario general del partido, Manuel Oropeza, y su representante ante el IEDF, Miguel Ángel Vásquez, demuestra que el blanquiazul contrató por cuenta propia espacios en televisión, con lo que violó la ley electoral.

Denunció, además, la entrega de despensas y dinero por parte del PAN en Miguel Hidalgo para inducir el voto en favor de sus candidatos. En conferencia de prensa, se mostró una contraseña que se entregaba en actos proselitistas del candidato a delegado, Demetrio Sodi: un papel firmado con un punto dentro de un círculo azul y la frase Nueva Izquierda, así como fotografías de una mujer al entrar y salir de un domicilio en el que se entregaba una bolsa con propaganda y 50 pesos en efectivo, a falta de despensas.