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No desaparecerán, pero ya no serán tan importantes, dijo el editor

Bob Stein vislumbra el futuro del libro: será un objeto valioso y raro
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de julio de 2009, p. 4

Los libros llegarán a convertirse en objetos raros, valiosos, pero raros, debido a los constantes cambios y ventajas que ofrecen los avances tecnológicos, la invención de nuevos formatos e innovadoras formas de acercarse a la lectura, afirmó el editor estadunidense Bob Stein, director del Instituto para el Futuro del Libro.

Dicho instituto cuenta con varios proyectos, entre ellos Sophie, una plataforma que lleva más allá al formato tradicional del libro al mezclarlo con recursos multimedia en los que se desvanecen las fronteras entre lectores y autores.

Llegará un momento en que los libros impresos serán objetos raros. Ese es el futuro del libro en ese formato: un objeto valioso y raro, subrayó Stein durante una conferencia en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Puso como ejemplo el libro que tenía sobre el escritorio: “me acaban de regalar este libro que habla de un cinefotógrafo; lo tengo ahora en la mano, lo voy a colocar en un lugar donde luzca, pero en realidad todo lo que se menciona en el libro lo puedo mejorar electrónicamente utilizando, por ejemplo, clips de las películas. Puedo mejorarlo todo, excepto la sensación que da el libro, el placer sensual”.

Adelantó que el nuevo proyecto editorial en el que está trabajando servirá para hacer una especie de declaración acerca del futuro del libro y los dos caminos que se abren: uno hacia el libro electrónico y otro hacia el objeto raro.

Este proyecto implica la publicación simultánea de un volumen en tinta y papel y en medios electrónicos.

Los libros impresos han sido la forma central para mover las ideas, pero ya no lo van a ser; esto está cambiando de la página a la pantalla, lo cual no significa que no vamos a tener libros, sino que simplemente no van a ser tan importantes como lo eran.

Así, a la par de los cambios tecnológicos, también ha sido necesario reformular conceptos, como libro, lectura y derechos de autor. Aún es demasiado pronto en esa transformación, todo está muy lejos y, por tanto, ocurrirá en las próximas décadas.

Lo que sí, es que desde ya la definición de lector es completamente diferente: ya no es nada más el que mete la nariz en un libro y se aisla, por el contrario, la lectura (y también la escritura) se están convirtiendo en fenómenos sociales, por ejemplo: el niño lee un libro en formato tradicional, lo comenta en un blog con sus amigos, retoma el libro y va de nuevo a la pantalla para googlear algo que le causa curiosidad.