¿Y si no hubiera nada que elegir?”, surge la pregunta en un momento dado de la cinta XXY. La protagonista, Alex, es una adolescente intersexual y, según dicta un mundo dividido en mujeres y hombres, tiene que tomar una decisión: ser él o ella.

En esta interrogante está el camino que tienen que hacer los personajes, contó en entrevista telefónica la directora argentina Lucía Puenzo. Toda la película prepara a Alex para que sí elija algo, y se da cuenta de que en realidad tal vez no tenga nada que elegir. Creo que es el momento de gran valentía de Alex.

Hoy, la multipremiada cinta XXY (2007) será estrenada en televisión mexicana, tras exhibirse, hace tiempo, en salas comerciales.

Pero, Lucía Puenzo (1976) deja claro que, para ella, la historia de su primera película es, ante todo, una de amor. El detonante fue un cuento de Sergio Bizzio. Y lo que más me enamoró del cuento fue la historia de amor. Después empecé a conocer a chicos intersexuales y sus padres, adultos intersexuales, genetistas, sicólogos, y se me abrió el panorama inmenso de tantos casos que existen; me pareció muy interesante ese mundo: cómo era la problemática de intersexualidad hoy en el mundo, que para mucha gente es desconocida.

La complejidad del cuerpo

Regresando a la historia de amor: dos adolescentes se enamoran por primera vez. Encontrarse con su deseo, con lo que les producía deseo y con el amor, los hacía muy fuertes, los liberaba, dijo la realizadora.

Por otro lado, Alex cuenta con la entrañable figura de su padre: El acto de amor más grande que puede tener una madre o un padre es aceptar que su hijo sea lo que quiere ser y acompañarlo.

Durante el proceso de investigación se hizo acompañar por los actores, sobre todo de Inés Efron, quien interpreta el papel de Alex, para que comprendiera la complejidad de ese cuerpo, y la lucha que muchos adultos habían realizado a lo largo de su vida para ganarse un lugar en un mundo que se divide en mujeres y hombres. Se trata de una pelea cotidiana, básicamente en defensa de la identidad.

Inclusive, Alex estuvo viendo a una genetista y un endocrinólogo casi como si fuera una paciente con diagnóstico de intersexualidad, para terminar de entender cómo era su cuerpo en la ficción.

Muchas veces los padres, a veces antes de que cumplan dos años, deciden que su hijo se someta a lo que llaman una operación de normalización. Toman la decisión aconsejados por los médicos y creyendo que es lo mejor. En muchas ocasiones, siguió Puenzo, cuando sus hijos crecieron, entendieron que tal vez hubiera existido otro camino. Es muy compleja la situación, en muchos casos no hay mala fe, simplemente un padre confía en el médico.

No hay cifras confiables

Como quizá sería previsible, no hay cifras confiables. Cuando empecé a investigar me llamaba mucho la atención cómo variaban las cifras. Pregunté por qué; me dijeron que eran tantos los casos de padres que no declaraban tener hijos con casos de ambigüedad genital, que los índices variaban mucho: en unos casos, era un bebé de cada 600, en otro, uno de cada mil.

Tras haber terminado la película, conoció a adultos intersexuales muy militantes, que se volvieron los principales defensores de XXY.

En general, a la cinta le ha ido muy bien. Se ha proyectado a públicos jóvenes, en escuelas y universidades. Se vendió a unos 30 países e hizo su recorrido por festivales. Obtuvo el Gran Premio de Semana de la Crítica, en el Festival de Cine de Cannes.

El sitio electrónico de XXY (www.puenzo.com/xxylapelicula/main.html) contiene información del filme y sobre intersexualidad.

Puenzo participará en el rally de cortometrajes Malayerba, del 9 al 11 de julio, en Playa del Carmen. También trabaja, junto con su pareja, en un guión para el cineasta mexicano Simón Bross. Como mochilera, viajé cuatro meses en México, lo recorrí de punta a punta; es un país que me encanta, siempre quise filmar ahí.

XXY se proyectará hoy, en Canal 22, a la medianoche.