Para contrarrestar la especulación nacional e internacional de los alimentos es urgente crear la reserva estratégica con un volumen correspondiente a 45 días o dos meses de consumo nacional para sacarlo al mercado, regular los precios al consumidor y evitar el acaparamiento, a fin de privilegiar también a los jornaleros, sostuvo la Confederación Nacional Campesina (CNC).

Agregó que dicha reserva deberá incluir todos los alimentos de alto impacto en el consumo de los mexicanos –maíz, frijol, trigo, arroz, pastas oleaginosas, granos forrajeros y leche–, la cual debe estar acompañada por un mecanismo de regulación de importaciones y exportaciones para resguardar los legítimos intereses de productores nacionales, así como la soberanía y seguridad alimentarias.

En el documento en el que se asientan los compromisos de los candidatos de la CNC a conformar la 61 Legislatura, destaca que el marco legal relacionado con el sector rural debe actualizarse y retomar la interrelación que hay entre los aspectos técnicos, económicos, sociales y ambientales en el desarrollo rural.

La interpretación del Ejecutivo de la legislación con relación a su operación sigue siendo centralizada, descoordinada y muy compleja entre dependencias públicas federales y las de los gobiernos de los estados y municipales. El Ejecutivo responde tibiamente o simplemente no reacciona, como sucedió en la crisis de la tortilla y la económica, asentó la CNC.

Sostuvo que sin la participación social, mediante acuerdos y concertaciones, no logrará darse plena vigencia al mandato constitucional de la planeación democrática del desarrollo del sector rural; es necesario impulsar una política social con visión de largo plazo y considerar al sector como un asunto de seguridad nacional.

Asentó que sus próximos legisladores convocarán a los órdenes de gobierno, al legislativo, empresarios, sindicatos, campesinos, instituciones académicas, de investigación y a la sociedad civil para que realicen un diagnóstico de la realidad nacional y propongan políticas públicas para establecer un nuevo rol del Estado y un nuevo modelo de desarrollo.

La pobreza y la desigualdad social en el campo debe combatirse con la creación de infraestructura social, productiva y de servicios que generan empleo e ingreso y elevan la calidad de vida de los habitantes del campo.

La CNC insiste en la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en el cual deben incluirse mecanismos compensatorios que atenúen diferencias competitivas y con ello lograr un trato equitativo y justo para agroempresas y productores.